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sábado, febrero 17, 2024
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Arte tijuanense de los 70

El artista plástico Roberto Rosique ha investigado y documentado el arte tijuanense de las últimas décadas, y el resultado más reciente de ese estudio, se verá en la exposición “Los 70. Un Período Trascendente de la Plástica en Tijuana”, que reúne la obra de 28 artistas de esa década y más de 100 obras. La muestra será inaugurada en la Sala 3 de El Cubo, en el Centro Cultural Tijuana (CECUT), hoy viernes 4 de julio. Rosique explica a ZETA que el objetivo de la singular exposición “es mostrar a los artistas más representativos de ese período con por lo menos una pieza de esa década y otras más de su evolución; muestra que contempla la exhibición de obras de artistas fallecidos como Tony Maya, Benjamín Serrano, Daniela Gallois, entre otros; producción que a pesar de mostrarse bastante influida por las vanguardias históricas, se observa en algunos artistas la búsqueda y la propuesta de formas novedosas de abordaje”. Bajo la curaduría de Rosique, la exposición ha sido posible gracias también al pintor Cátaro Núñez, y Leticia Dueñas en la revisión hemerográfica. Entre los autores participantes en la exhibición, figuran Manuel Cruces, Joel González Navarro, Rosendo Méndez,  Waller Huesca, Guillermo Mellado, Miguel Nájera y Francisco Chávez Corrujedo. Destacan también Zulema Ruiz, Antonio Evalles, Juan Ángel Castillo, Cátaro Núñez, Ignacio Hábrika, Becris Armando, Mario Urrea, Ramón Ramírez, Manuel Varrona y Juan Badía. Complementan la lista, artistas como Nina Moreno, Héctor Castellón, Joaquín Chiñas, Alfonso Otero,  Felipe Almada, Carlos Castro, Manuel Mariscal y Ángel Valrá. Los orígenes Rosique narra que la exhibición “‘Los 70. Un Periodo Trascendente de la Plástica en Tijuana’ tiene que ver un poco con la investigación que yo he venido haciendo los últimos años sobre la historia del arte en Baja California y en Tijuana, particularmente”. Hay que recordar que Rosique es autor de diversos títulos donde ha documentado la plástica bajacaliforniana, como “La Otra Realidad, Fotoplástica” (CNCA, CECUT, 1997); compilador de “Letras para un Amigo, Textos sobre la Obra del Dr. Jorge Raúl López Hidalgo (Escritor)” (IMAC, 1998); “30 Artistas Plásticos de Baja California” (CNCA, CECUT, 1998); “El Último Instante. Cuento y Dibujos” (CECUT, IMAC, 2000); “Los Rostros del Oficio, Dibujos de 60 Artistas del Estado” (ICBC-FOECABC, 2001); y “Hacedores de Imágenes. Plástica Bajacaliforniana Contemporánea, Imágenes y Textos Críticos” (CECUT, ICBC, IMAC, UABC, 2004).  Considerando su bibliografía entre 1997 y 2004, el autor tabasqueño (Cárdenas, 1956) aclara que la exposición en mención empieza su etapa de investigación desde su libro “Del Arte en Terciopelo Negro al Arte Instalación. Apuntes sobre las Artes Visuales en Tijuana” (UABC/INBA, 2010). “Bueno, desde el momento en que empecé a trabajar un libro que escribí, que se llama ‘Del Arte en Terciopelo Negro al Arte Instalación…’, pues yo ya había estado indagando sobre estos períodos (70s), de hecho estaba indagando cuáles son los orígenes de la producción artística en Tijuana, y me doy cuenta que a partir de la mitad del siglo pasado, apenas había atisbos aquí de expresiones artísticas”. Dicha exploración la conocieron funcionarios del CECUT en la administración federal 2006-2012, después la gestión federal actual: “El CECUT conoce el proyecto antes de que Pedro Ochoa estuviera en la dirección. (En la administración anterior) No lo conoce la dirección, lo conocen otras personas del CECUT, les parece interesante; y en la primera oportunidad que se presta, se lo presento a Pedro Ochoa, le platico de la generosidad del proyecto: rescatar un proyecto olvidado prácticamente de la plástica tijuanense”. Luego de los acercamientos entre Rosique y Ochoa, el proyecto tomó la forma de exposición que ahora se presenta en El Cubo. El arte setentero Con esta colectiva, el público puede apreciar algunas características del arte fronterizo de esa época, las técnicas o los intereses de los artistas. Rosique explica que un parteaguas fue la II Bienal de Artes Plásticas de Baja California de selección, que se organizó en 1974 en Mexicali, bajo la curaduría de Tibol y Bribiesca: “Ésa es la primera ocasión en la historia del arte en Baja California que se abren las puertas del INBA para mostrar obra de bajacalifornianos; esto lo que hace es un gran repunte a la plástica en Mexicali, y para algunos historiadores, es como el siglo de oro de Mexicali. “Lo curioso es que de esa selección, el único tijuanense que participa es Cátaro Núñez, con una pieza que, por cierto, vamos a presentar en la exposición”, evoca el investigador. Pero cuando Rosique se adentra en el escudriñamiento, descubre a otros artistas setenteros como al maestro Benjamín Serrano: “Esto (el hecho de que solo Cátaro Núñez había expuesto en el INBA) de momento daba la impresión que aquí (en Tijuana) no sucedía nada, que quien tenía la razón en todo, o que por lo menos proponía cosas diferentes era Mexicali, pero en esta revisión me doy cuenta que aquí había una producción bastante destacable de artistas como es el caso de Benjamín Serrano, que regresa en los 60s. En los 70s tenía una producción de altísimo nivel, insuperable por ningún artista de la región”. Rosique sostiene que “la obra de Serrano está por encima en el sentido de que es mucho más innovadora, asume un reto en que no nada más muestra lo universal, sino también lo tradicional; lo que propone Serrano finalmente es una alianza entre el pop norteamericano y parte de la cultura tradicionalista de nuestro México y de nuestra frontera”. De esa época también figura en la exhibición, obra de Ernesto Muñoz Acosta, Rubén García Benavides, Juan Ángel Castillo, por citar solo algunos de los 28 artistas implicados en la valiosa muestra. Finalmente, Roberto Rosique adelanta que este año se editará su ensayo “De Aquellos Páramos sin Cultura. Tres Décadas de Arte en Baja California”, y el título “Los 70. Un Período Trascendente de la Plástica en Tijuana”, que documenta lo que a partir de este fin de semana estará expuesto como un recuento de las propuestas que forjan los cimientos de la plástica en esta frontera. Últimos días de exhibición de la obra de Olga Costa en el CECUT “Apuntes de Naturaleza 1913-2013”, de la artista Olga Costa, es el título de la exposición que se muestra en la Sala 2 de El Cubo del Centro Cultural Tijuana, y que llega a su fin el domingo 6 de julio. Se trata de la muestra con la que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), rinden homenaje a la artista por el primer centenario de su natalicio. La exhibición permaneció durante 2013 en el Museo Nacional de Bellas Artes, mientras que su itinerancia, afortunadamente incluyó un paraje por Tijuana, gracias a la colaboración entre CECUT e INBA. “Para el Instituto es muy importante hacer llegar los beneficios del arte y la cultura al mayor número de mexicanos. Para nosotros, el CECUT es un espacio idóneo para hacer proyectos de coproducción de las diversas actividades que desarrolla el Instituto en las diversas disciplinas artísticas”, refirió a ZETA, el jueves 15 de mayo de 2014, la directora general del INBA, María Cristina García Cepeda, durante su visita al CECUT. Bajo la curaduría del crítico de arte Juan Rafael Coronel Rivera, la exhibición se compone de cinco núcleos temáticos sustentados en un análisis conceptual de los procesos ideológicos y creativos que desarrolló la creadora por más de cinco décadas de producción; da cuenta de los géneros que más cultivó: autorretrato, retrato, paisaje y, por supuesto, naturaleza muerta. La colección de Olga Costa que se aprecia en el CECUT incluye obviamente la célebre pieza “La Vendedora de Frutas”, majestuosa obra de 195 por 295. 3 centímetros. Entre las 53 piezas, donde se incluyen óleos y dibujos que provocan múltiples sensaciones por su singular representación del color, textura, olores y sabores, figuran obras emblemáticas de Olga Costa como La Frondosa, Retrato de José Chávez Morado, Retrato de Doña Luz Morado, La Gorda, Tehuana con Sandía, Bodegón en Rojo, Niña con Sandalias, Las Bañistas, Las Aguadoras, Hilandera y La Novia, por citar solo algunas. Cabe recordar que, de estirpe rusa y cuna alemana, Olga Kostakowsky cambió su apellido a Costa y se nacionalizó mexicana. Olga Kostakowsky Fabricant nació en Leipzing, Alemania, el 28 de agosto de 1913, y murió en Guanajuato el 28 de junio de 1993, cuando estaba a punto de cumplir 80 años de edad. Su infancia transcurrió en Berlín, entre la guerra y los movimientos revolucionarios que sacudieron al territorio teutón durante los años posteriores al armisticio. En 1925 llega a México junto con sus padres y, a partir de entonces, el encuentro con nuestro país dejaría huella: su atracción por la pintura la llevó en 1933 a ingresar a la Escuela Nacional de Artes Plásticas, bajo la tutela de Carlos Mérida y Emilio Amero. En 1936, siendo ya esposa de José Chávez Morado, comienza a incursionar en el mundo del arte con sus primeras obras, y una década más tarde, presentaría su primera exposición individual en la Galería de Arte Mexicano. La artista germana fue reconocida en 1990 con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el campo de las Bellas Artes.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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