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sábado, abril 6, 2024
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La resistencia del español

“LéaLA es un foco de resistencia de la lengua y de la cultura en sus múltiples rostros”, celebró el poeta Javier Sicilia durante su participación en la cuarta edición de esta Feria del Libro en Español en Los Ángeles, que se realizó del 15 al 17 de mayo en el Centro de Convenciones de la metrópoli californiana. Y la palabra “resistencia” fue la constante en este encuentro de las letras, el arte, la cultura, la política y la historia organizada a iniciativa de Fundación Universidad de Guadalajara Estados Unidos de América (University of Guadalajara Foundation USA), y respaldada por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). Bajo la dirección de Marisol Schulz -quien también encabeza la FIL Guadalajara-, la cuarta entrega de este evento literario se extendió en una modesta zona del Centro de Convenciones, donde se dieron cita  875 sellos editoriales, más de un centenar profesionales representando a escuelas, universidades y bibliotecas de California, Chile, Colombia, Costa Rica, España, Estados Unidos, El Salvador, México y República Dominicana, los responsables de 204 stands, además de una zona infantil. Instalada en una de las principales ciudades de Estados Unidos, en la meca del cine norteamericano y corazón de lo que se considera la onceava economía mundial, LéaLA dio así un paso gigantesco hacia su consolidación como lo que es: la única feria del libro que se lleva a cabo totalmente en español en el vecino país. El logro se midió no solo en cantidades sino en calidades, en compromisos que se verbalizaron y en percepciones de un México muy dolido, coincidieron en boca los intelectuales que ahí confluyeron, algunos con los ánimos más exacerbados que otros. En concreto, quedó de manifiesto el hartazgo por el rumbo con el que el gobierno de Enrique Peña Nieto y el PRI llevan al país de origen de la mayoría de los escritores que se reunieron en LéaLA. La herida que se abrió con la desaparición forzada de 43 normalistas de Ayotzinapa fue expuesta de principio a fin, incluso con las expresiones ya lamentablemente tan repetidas de “¡vivos se los llevaron, vivos los queremos!” Las razones del narcotráfico y su lastre en las sociedades latinoamericanas también fueron temas evocados en estos tres días de intercambio cultural y, como habría de esperarse, representaron parte de la oferta editorial al público en general que se mostró sumamente interesado en la compra de libros de los más diversos contenidos. Por eso los stands, en general, lucieron llenos de lectores potenciales, atentos a las presentaciones y posteriores firmas de libros, tal vez también motivados por un formato donde las actividades fueron breves pero sustanciosas. En los distintos salones, 50 minutos bastaron para que los autores convivieran con colegas y con la audiencia, dando la oportunidad de gozar varias conferencias en un día, adquirir alguna novela o libro de cuentos, llevar a los niños a las lecturas de cuentos de Francisco Hinojosa, por ejemplo, festejar los 50 años de “La Familia Burrón” en el stand de Porrúa y hasta asimilar la propuesta de Gustavo Dudamel, el genio venezolano de la batuta que ahora dirige la Filarmónica de Los Ángeles y que quiere llevar a esta urbe de gran herencia hispana “El Sistema”, un método para formar jóvenes talentos como sucedió con él en su tierra, cuyo testimonio Alberto Arvelo recogió en el documental “Dudamel, el sonido de los niños” (2010).    “Nunca había visto al país tan destrozado”: Javier Sicilia Aprovechando la libre expresión de ideas hasta la Ciudad de México como Invitada de Honor, sirvió para que sus delegados analizaran la gravedad de una crisis nacional. Por ejemplo, Sicilia recordó el arribo del Movimiento por la Paz al Zócalo, “el lugar que recoge el dolor del país, desde los aztecas”, el punto de reunión de mexicanos agraviados por distintas causas en momentos en que el escritor “nunca había visto al país tan destrozado”. El autor de “Vestigios” se refirió a la capital mexicana como un centro del poder donde coinciden las protestas pero no las soluciones, mientras que el poeta Hermann Bellinghausen consideró que la administración del Peña Nieto y el PRI ya se comportan como una dictadura que dio un golpe de Estado, “por eso hace las leyes que se le pegan en gana”. Sicilia enfatizó una y otra vez los riesgos del centralismo, por lo que habría que empezar por deslocalizar el poder de una capital respecto a la cual dijo: “Si me pidieran hacer algo yo la dinamitaba, pinche ciudad espantosa, y yo nací ahí, es la ciudad de la atomización, para mí es el horror, no hay arraigo ni pluralidad, eso es una pluralidad de fracturas. Sin esa ciudad como centro de los poderes, quizás no estuviéramos viviendo la barbarie que estamos viviendo”. Más adentrado en su análisis, agregó: “Ni siquiera los grandes poetas de México son de ahí, van ahí para visualizarse, la civilidad no está ahí. Qué hay en ese ciudad: grillas, poder, destrucción, yo creo que el país está destrozado porque ahí está el centro, ahí está la criminalidad, ahí se larvó el PRI, el rostro de una cultura delincuencial, entonces yo la volaba”. Bellinghausen recordó, además, que la capital es la ciudad que más millonarios tiene en el mundo y que, al igual, México es el país con más connacionales viviendo fuera de su territorio, “y sin embargo no se ha destruido, tal vez porque hay gente que no se está dejando y que no se va a dejar, por eso la están matando”. Por consiguiente, “no hemos ganado, pero tampoco realmente nos han derrotado, hay muchas resistencias en México, muchas más de las que se ven”, expuso el escritor, imagen a la que se sumó Sicilia que cerró una de tantas intervenciones describiendo así a la nación: “México es una gran noche, interminable, pero en medio de ella hay muchas velas encendidas”.   Centro de convivencia, ideas, arte y público Desde los jóvenes que convocó Benito Taibo, la siempre animada participación del narrador Xavier Velasco, por supuesto la memorable apertura con Claudio Magris, el interés por escuchar a Ofelia Medina, Isela Vega y Diego Luna referirse a distintos proyectos culturales, incluyendo un contenido para niños inspirado en el activista César Chávez, los foros enriquecidos por Juan Villoro, Cristina Rivera Garza, Carmen Boullosa, Alberto Ruy Sánchez, entre tantos, convocaron a 86 mil 700 espectadores, módica cantidad en relación a la oferta, pero sin duda un avance para este gran reto que en su pasada emisión, en 2013, fue a todas luces más modesta tanto en convocatoria como en el ánimo del público. Será que los tiempos difíciles que se comparten desde ambos lados de la frontera generan una capacidad de respuesta mayor de parte de intelectuales que tienen mucho que decir y una sociedad que necesita de su idioma común para resistir y así perdurar. “Desde el punto de vista totalmente vivencial es un éxito”, dijo a ZETA Marisol Schulz en la recta final de la cuarta edición de LéaLA. “Siempre es un aprendizaje, yo creo que en cada Feria vamos aprendiendo, en parte es de logística, es aprender continuamente el público con nosotros, porque el público va aprendiendo lo que es LéaLA y nosotros vamos aprendiendo lo que es el público y qué tipo de actividades les gustan más, cómo podemos llegar a ellos, maneras de difundirlas; entonces, la verdad, por ahí es un aprendizaje colectivo y para nosotros eso es algo muy importante”, concluyó la directora, seguramente retomando las lecciones de esta cuarta versión que anticipa un mejor futuro.


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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