Como se expuso en la edición anterior de ZETA, diversas expresiones alusivas a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa desde el 26 de septiembre y la cruenta realidad del país en general, determinaron el rumbo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). Al llegar al Hotel Hilton el domingo 30 de noviembre, Elena Poniatowska portaba en su traje oscuro precisamente un pin negro con el número 43 en color blanco; en algún momento de la informal charla, el reportero le preguntó: — ¿Le llegó el correo electrónico que me pidió Usted que le enviara con la imagen del estudiante normalista desollado, Julio César Mondragón, que quería ver?, inquirió el reportero. “Sí, gracias”. — Le dije que estaba muy fuerte, por eso no se la quería enviar… “No pude dormir”, contestó Poniatowska con un tono de tristeza. 
Fue precisamente la ganadora del Premio Cervantes 2013 quien tuvo una agenda saturada en la FIL, con por lo menos siete participaciones donde el tema de Ayotzinapa siempre estuvo presente, incluso el día 6 de diciembre en la mesa “Una Hora con ‘La Poni’”. La autora, que llevaba como novedad editorial “El Niño Estrellero” (CONACULTA, 2014) y “Hojas de papel Volando” (Era, 2014) coordinó un diálogo entre familiares de los estudiantes desaparecidos ante más de mil asistentes en el Salón Enrique González Martínez. Otra de las voces poderosas de la FIL fue Fernando del Paso: el sábado 29 de noviembre, durante el Homenaje a Octavio Paz y el anuncio de que “Noticias del Imperio” (FCE, 2012) será reeditada en italiano, el autor refirió con una voz mermada, a raíz de varios infartos cerebrales que sufrió en 2013: “Aprovecho este foro para solidarizarme con los padres de los 43 estudiantes desaparecidos”. Una de las mesas editoriales más ovacionadas fue la que integraron Juan Villoro, Carmen Aristegui y Lydia Cacho el 2 de diciembre, quienes aparecían atrás de una manta con la leyenda “No porque mañana pueda ser yo, sino porque hoy no puedo ni quiero ser sin ustedes. #43ConVidaYa”. Ese día, Villoro, Aristegui y Cacho acompañaban a Darío Ramírez, director de Artículo 19, en la presentación del informe “Disentir en Silencio: Violencia contra la Prensa y Criminalización de la Protesta en México”; ahí Carmen Aristegui propuso leer los nombres de los 43 estudiantes desaparecidos uno por uno, mientras el público en el abarrotado Salón 6 de Expo Guadalajara contestaba a todo pulmón “¡presente!”. La voz de los intelectuales 
En este contexto, algunos autores también reflexionaron en entrevista con ZETA, como Martín Solares, editor de las colecciones La Puerta Negra y Hotel de las Letras en la editorial Océano, y autor de “Cómo Dibujar una Novela” (Era, 2014): “Yo creo que lo que está ahorita en crisis, son las ficciones que el gobierno mexicano siempre ha creado; estamos en un punto y en un momento en que nadie cree en los boletines oficiales, nadie cree en la impartición de justicia; entonces lo que está ahorita en crisis son las ficciones oficiales, la verdad oficial, eso ya nadie lo cree”. Coautor junto a Ilan Stavans del título “El Ojo en la Nuca” (Anagrama, 2014) presentado en la FIL, Juan Villoro también advirtió a este Semanario: “Me preocupa mucho la criminalización del descontento, creo que ya ha habido señales de que el descontento se está criminalizando, los periodistas no estamos en mejor situación hoy en día, creo que también el peligro que corren los periodistas ha aumentado. “La ONG, Artículo 19, registró el año pasado 330 agresiones a periodistas, muchas de ellas en el contexto de manifestaciones o actos de protesta; entonces, esto es muy grave porque se está criminalizando el descontento, pero si no se le da un cauce cívico a la protesta, si no se permite que prospere de manera pacífica, va a haber otras formas de protesta, yo creo que México está al borde del estallido”. Xavier Velasco, autor de “Diablo Guardián” (Premio Alfaguara de Novela 2003) que llevaba una edición conmemorativa por los 10 años de su laureada obra de largo aliento, lamentó la estrategia del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, en el combate al crimen organizado: 
“Se cometió un error, en lugar de decir ‘bueno, vamos a ir combatiendo la violencia como podamos’, lo que se hizo fue un poquito echar la basura debajo de la alfombra y decir: ‘no, aquí no está pasando nada, todo está bien, vamos a proyectar esta imagen para que el país pueda tener una buena imagen internacional, y que por ejemplo, la Reforma Energética, pueda traer capitales’; entiendo la lógica, el problema es que con cerrar los ojos no desaparece el monstruo que está enfrente, el monstruo está ahí. Y bueno, en este momento yo no me lamento por 43, yo me lamento por decenas de miles que hace años vienen sucediendo”. A propósito de la delicada situación que vive el país, la corrupción y colusión entre gobiernos y crimen organizado, Enrique Serna, autor de “La Doble Vida de Jesús” (Alfaguara, 2014), refirió a ZETA: “Dudo mucho, por supuesto, que Peña Nieto esté dispuesto a hacer una limpia entre sus socios y sus cómplices que son todos estos priistas y todos estos panistas, perredistas que finalmente, también están coludidos en la actualidad”. Eduardo del Río, “Rius”, que llevaba su último libro titulado “Mis Confusiones” (Grijalbo, 2014), confesó al reportero sobre el gobierno de Enrique Peña Nieto: “Lo único que espero es que se acabe el sexenio de Peña Nieto, y si se acaba antes, mejor, pero va a estar difícil que suelten así como así el hueso”. Finalmente, el día de la clausura, domingo 7 de diciembre en el Auditorio Juan Rulfo, durante la presentación del popular Presidente de Uruguay, José Mujica, una persona entre los más de 2 mil asistentes le cuestionó sobre los 43 desaparecidos, y el mandatario del “vochito” de millón de dólares sentenció de una vez por todas: “El día que los encuentren, tendrán muchos otros que están olvidados”.
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