En estos días hemos recibido con gran pena para todos los que somos integrantes de la Iglesia católica, la noticia de que siete de nuestros sacerdotes están en investigación por conducta inapropiada en perjuicio de adolescentes. Bien sabemos que tratándose de la Iglesia Católica por lo general no se mencionan sus buenas obras, menos aún los más de 400 mil sacerdotes que generosamente han donado su vida al ministerio sacerdotal y trabajan en todo el mundo, aun en lugares de mucho riesgo donde han dejado la vida (como en África, India, Siria), ello sin contar la vida consagrada y misioneros laicos: Los que somos mexicanos sabemos que aquí en nuestro País, las obras de la Iglesia católica no se mencionan en lo mínimo, solo cuando sea algo negativo, ni siquiera se menciona a los sacerdotes que han asesinados en Veracruz, en Michoacán y en otros lugares, las denuncias de los señores Obispos. Pero, eso sí, sale un escándalo, una nota visceral, y todos se les van a la yugular, con recriminaciones, amarillismos, y aún se atreven a emitir juicios condenatorios, naturalmente juicios personales y superficiales, juicios de oídas notoriamente y sin un verdadero conocimiento de la situación real. Primeramente tendré que decir que para muchas personas no existe distinción entre violación y abuso sexual, mucho menos la forma en que el código penal encuadra el hostigamiento sexual. Es lamentable lo que está sucediendo con estos sacerdotes y muy doloroso, ya que a ellos les ha sido conferida sacramentalmente una misión específica, llamados a ser hombres de comunión. Pero en esta situación que ha surgido es preciso decir que la Iglesia católica está realizando una investigación seria y profunda sobre cada caso particular, para poder llegar al fondo de todo. Si los sacerdotes son responsables tendrán que sufrir las consecuencias como cualquiera de nosotros y si no lo son ya habremos hecho un gran perjuicio moral en su persona. Estemos seguros que la Iglesia hará lo pertinente porque como se ha visto con el paso del tiempo, es la única Institución, dentro de la sociedad que ha dado la cara en este tipo de problemática, porque ni siquiera la familia, a sabiendas de que es en el seno familiar en donde se cometen más del 90% de agresiones sexuales a menores, ni cuando sucede en las escuelas que pertenecen a la SEP, ni en los institutos diversos, ninguna otra institución ha hecho frente, en esos casos se guarda silencio y si se menciona solo lo mencionan como noticia y lo echan al olvido. Los invito a que con la misma severidad con que se pretende juzgar o medir a estos sacerdotes, nos midamos cada uno de nosotros, sobre todo los laicos, los que no somos consagrados, porque parece que creemos que por el hecho de no serlo, podemos hacer lo que queramos y estamos disculpados de todo; de ninguna manera, estamos llamados a vivir las virtudes comprometidamente y a tener una vida de santidad también. Por último hago un llamado a los católicos y no católicos, a hacer una oración por estos sacerdotes que están siendo investigados, que la verdad surja, fomente la unidad y nos fortalezca, hacer también una oración por cada uno de nosotros y por nuestra querida ciudad de Tijuana. Además, no olvidar que los seres humanos aunque podamos controlar grandes naves, maquinarias y la naturaleza en ocasiones, lo que no podemos controlar es lo que decimos, estamos obligados a no hablar con ligereza, las palabras dichas, construyen o destruyen, benefician o dañan, unen o desunen irremediablemente. Con la vara que mides debes medirte. Rita Cedeño Pérez Correo: Ritacedeno2001ahoo.com.mx
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