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lunes, febrero 19, 2024
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Zacatecas

Mágica, colonial, divina perla,

que se adorna orgullosa con el brillo


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de las vetas, tesoro del subsuelo,

de donde brotan plumas de oro y plata.

 


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Curvilíneo cuerpo le da forma

a Zacatecas; tierra inspiradora

de poemas, canciones, y corridos

que ensalzan su donaire en cada verso.

 

En el arte barroco, los artistas

encontraron un medio para darle

la forma que merece, su excelencia,

la tierra de poetas y artesanos.

 

La cantera de puertas y ventanas,

los adornos de iglesias y edificios,

lucen como barrocos deshilados

bordados por el alma de su gente.

 

Zacatecas orgullo nacional,

su bella catedral, sus bibliotecas,

el Cerro de la Bufa y su plazuela,

y la Mina El Edén, y los museos.

 

Sus famosos jardines y portales

a la par de su centro de cultura,

que inculca por las artes el amor

y el respeto hacia todo ser humano.

 

Palacio de gobierno, plaza de armas,

hogar de festivales y desfiles,

junto a la catedral y bajo el cielo

donde los peregrinos se reúnen.

 

Las baldosas de calles tan antiguas

donde se guardan recuerdos a granel,

de sangre derramada por sus héroes

al defender la tierra y libertad.

 

Y cual dijera Genaro Codina

en el segundo himno nacional;

“Oh Zacatecas, heroica e inmortal

tus batallones, llevan al triunfo nacional”.

 

Orgullosos tus hijos siempre entonan

las notas de tu “Marcha Zacatecas”,

y bendicen tus campos y tus calles

aunque se hayan marchado a otro rincón.

 

Su fiesta cultural de primavera

cuando feliz recibe a tanta gente,

quienes de lejos vienen a mostrar

el arte en diferentes expresiones.

 

La feria que celebran en septiembre

reúne corazones y deseos,

que sus tradiciones continúen

y disfruten nativos como extraños.

 

Son sus artesanías regocijo

para el alma, los ojos, y las manos,

de aquellos que sensibles la visitan

y a Zacatecas sueñan regresar.

 

La melcocha, manjar zacatecano

de piloncillo, azúcar y canela,

el delicioso queso hecho de tuna,

y el aguamiel, bebida de los dioses.

 

Tierra de mis abuelos y mis padres

y donde yo naciera y fui feliz,

mágico lugar donde los sueños

con esfuerzo se pueden realizar.

 

De esta bendita tierra hoy me despido

mas sé que volveré con nuevos versos,

porque se ha convertido en dulce musa

y deseo ensalzarla con el alma.

 

Lourdes P. Cabral

San Diego, California 

(De su libro “Amor al Amanecer”)

Autor(a)

Carlos Sánchez
Carlos Sánchez
Carlos Sánchez Carlos Sánchez CarlosSanchez 36 carlos@zetatijuana.com
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