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jueves, febrero 22, 2024
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Reestructuración universitaria (Tercera parte)

 

Tal como se esperaba, a partir de enero del próximo año la Universidad Autónoma de Baja California tendrá nuevo rector, el Dr. Daniel Octavio Valdez Delgadillo.


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Participaron en la contienda distinguidos catedráticos, investigadores y difusores de la cultura como el Dr. Jesús Francisco Galaz Fontes, Dr. Edgar Ismael Alarcón Meza, Mtro. Fidel Alfaro Meléndrez, Dr. Joaquín Caso Niebla, Dr. Ángel Norzagaray, Mtro. Daniel Solorio Ramírez, Dr. Sergio Octavio Vázquez Núñez y el ahora rector Dr. Daniel Octavio Valdez Delgadillo, entre otros.

Es importante el nombramiento de rector porque nos encontramos en un país inmerso en un proceso de transición en materia educativa, social y política; y de violencia desbordada; en el cual, la autonomía universitaria cobra singular importancia porque es el termómetro social más imparcial, confiable y eficiente.

Los veintiún participantes en la contienda por la rectoría son universitarios destacados, que mucho pueden aportar en este proceso de cambio en el que la educación está encaminada a transformar a nuestro país en un Estado más democrático, más transparente, más crítico, más seguro y, sobre todo, más justo a la hora del reparto de la riqueza a través de los ingresos que forman parte de las finanzas públicas.


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No basta con el hecho de que la universidad participe en las tareas académicas con un elevado nivel de calidad, se requiere que los centros del conocimiento orienten a la sociedad en el proceso transformador, en la defensa de los derechos humanos y en la consolidación del estado de derecho.

La universidad de hoy, no se concreta para divulgación del pensamiento científico, porque reconoce su obligación de participar en la transformación social, dando cabida a todas las corrientes de pensamiento, haciendo propuestas con pleno rigor científico; y con transparencia como corresponde a una institución autónoma y pública, cuyo gobierno alienta a la participación democrática de profesores, investigadores y difusores de la cultura, quedando atrás el modelo de universidad, que consideraba a la universidad ideal como una burbuja habitada por individuos dedicados exclusivamente al cultivo del conocimiento de la ciencia y las artes, pero cerrada al contacto social, siguiendo el modelo de “la Castalia” descrito por Hermann Hesse en su novela “El juego de abalorios”, una burbuja impenetrable donde los espíritus más destacados se dedicaban a crear y recrear la filosofía, la ciencia y las artes con máximo esmero, pero ajenas a la transformación dialéctica del conocimiento, negándose a todo esfuerzo encaminado a la participación social.

La universidad moderna al interior debe ser ajena al quehacer de grupos autoritarios de poder que son reacios a admitir propuestas transformadoras.

El proceso para nombrar rector de nuestra casa máxima de estudios ha terminado, es el momento de unir esfuerzos profesores, investigadores, estudiantes, empleados y autoridades, tal como corresponde a una universidad cuyos esfuerzos, entre otras actividades, deben estar encaminados al combate a la pobreza a través del desarrollo económico sustentado. Además, debe participar en la lucha contra la violencia, la corrupción y la impunidad que han dado al traste con la paz, la seguridad y el desarrollo económico de nuestro Estado.

Nota: La autonomía es el ser y el deber ser de las universidades y se manifiesta como forma del control del poder como corresponde a un sistema democrático de pesos y contra pesos sustentado por Montesquieu; y enmarcado en una constitución democrática del cual dimana el estado de derecho.

 

Arnoldo Castilla es abogado y catedrático de la UABC.

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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