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viernes, febrero 23, 2024
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La nueva oposición y la reconfiguración del periodismo en México

Para gran parte de la sociedad mexicana, la victoria de Andrés Manuel López Obrador representa la vía indicada para recuperar el sentido de la democracia y la igualdad. Con el lema del combate a la corrupción, algunas personas han idolatrado la llegada del nuevo gobierno al grado de considerarlo una victoria revolucionaria por medio de un proceso electoral.

Las reacciones que esto ha generado, han traído un interés social muy intenso en los últimos meses. Por una parte, el placer de la victoria sigue siendo el ideal de los seguidores del proyecto de la cuarta transformación. Por otra parte, algunos medios de comunicación, los grupos políticos de derecha, ciertos empresarios y otra gran parte de la sociedad, han unido opiniones e ideas para formar la llamada Nueva oposición.


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En este proceso de transformación, el periodismo jugará un papel muy importante. Las difamaciones y acusaciones contra AMLO serán la bandera de los opositores para generar una guerra sucia que busque debilitar al nuevo gobierno. Al mismo tiempo, los fieles seguidores de la figura del presidente, buscarán apoyar el proyecto y confrontar toda esta serie de difamaciones.

La pregunta es: ¿Qué debe hacer el periodismo en los próximos seis meses?

El periodista mexicano Jorge Ramos, en su libro Sin Miedo, menciona que: “Como periodistas hay que tomar parte de los hechos y confrontar al poder, porque no hay nada peor para un político, que un periodista capaz de alzar la voz ante la injusticia y la desigualdad”. Por eso hoy en día, el respetar los códigos profesionales de imparcialidad en el periodismo, resulta innecesario e ineficiente.


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De igual forma, el periodista polaco y probablemente el mejor del siglo XX, Ryszard Kapuscinski, dijo que: “Para ejercer el periodismo, hay que ser una buena persona, un buen ser humano. Si eres una buena persona, puedes intentar comprender las intenciones, los intereses, las dificultades y la fe de otras personas”. Esto significa que hay vencer al periodismo que ha servido al Estado y que tanto daño ha hecho a la sociedad mexicana. Tenemos la responsabilidad de confrontarlos a ellos, los que callaron por tanto tiempo y ahora alzarán la voz ante la más mínima oportunidad. Y hablando de oportunidades, seguramente habrá muchas, pues el nuevo gobierno ha creado grandes expectativas de cara a lo que será el próximo sexenio, y conforme pase el tiempo, las críticas se irán intensificando mientras no se cumplan las promesas de campaña con las que lograron ganar el pasado primero de julio.

Es justo decir que, como ciudadanos mexicanos, tenemos la obligación moral de respaldar al nuevo gobierno, sin embargo, respaldar no significa aplaudir y alabar la figura del presidente o del movimiento que lo representa. En el periodismo existe la obligación de confrontar a los grandes poderes mundiales. Para eso existimos, para ser la voz de los reprimidos, de los que son callados por los poderosos. Los próximos seis años en México, deberán ser de reconciliación entre los medios de comunicación y la sociedad. Para esto hay que desarrollar el sentido de la autocrítica y darle el debido valor a los comentarios que nos formulen una idea contraria a la nuestra. Los medios de comunicación no deben ser parte de la estructura del gobierno. Todo lo contrario.

 

Juan Carlos Frausto García.

Estudiante de Comunicación en UDCI Tijuana.

Correo: juancarlosfraustogarcia@hotmail.com

Autor(a)

Carlos Sánchez
Carlos Sánchez
Carlos Sánchez Carlos Sánchez CarlosSanchez 36 carlos@zetatijuana.com
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