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viernes, febrero 16, 2024
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“La poesía es una búsqueda del idioma”: Luis García Montero

Tusquets Editores reedita el poemario “Completamente viernes” en la colección “Marginales. Nuevos textos sagrados”. “Para mí la poesía es el territorio donde no se admiten engaños”, expresó a ZETA el poeta ganador del Premio del Festival Internacional de Poesía “Ramón López Velarde” 2017

Un poemario así celebrado como reeditado en el mundo hispanoparlante en las últimas dos décadas es “Completamente viernes”, del español Luis García Montero (Granada, 4 de diciembre de 1958).


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Publicado por primera vez en 1998, el título fue reeditado por décima ocasión en 2017 en la colección “Marginales. Nuevos textos sagrados”, la trinchera de la poesía en el catálogo de Tusquets Editores, sello de Grupo Editorial Planeta.

De manera tal que luego de la publicación de “Poesía completa (1980-2015)” en 2015, también de Luis García Montero, “Completamente viernes” se une al prestigioso acervo de los ya célebres “Nuevos textos sagrados”.

“Creo que la editorial Tusquets ha hecho una buena colección de poesía. Tusquets está más especializada en narrativa y ensayo, pero es una buena colección la de ‘Nuevos textos sagrados’. Tuve la fortuna de publicar ahí ‘Completamente viernes’ hace ya 20 años, en 1998; también después he publicado mi ‘Poesía completa (1980-2015)’. Creo que junto a otras editoriales como Visor de Poesía, Pre-textos e Hiperión, Tusquets es una de las buenas colecciones de poesía que hay ahora mismo en España”, valoró Luis García Montero en entrevista con ZETA, al tiempo que confesó algunos pormenores de la hechura de su tan celebrado poemario, además de compartir algunos apuntes sobre poesía.


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HACE 20 AÑOS

Cuando Luis García Montero publicó “Completamente viernes” en 1998, cumplía 40 años de edad. Se trata de un poemario festivo donde la felicidad, el amor y en cualquier caso la vida, habitan en cada verso y poema.

En términos literarios, históricos e incluso personales, ¿cómo se concibió “Completamente viernes” hace 20 años?

“Yo había escrito antes ‘Habitaciones separadas’ (Visor, 1994), que era un libro de crisis personal, política, miraba la realidad y se descomponía, veía mis banderas manchadas de decepción y de fracaso e hice un libro muy crítico”, expresó a ZETA el ganador del Premio del Festival Internacional de Poesía “Ramón López Velarde” 2017.

“Con ‘Completamente viernes’ quise apostar por la felicidad. Me parece que hay momentos de la cultura en los que la felicidad es una metáfora del ser humano que quiere hacerse dueño de su propio destino y que apuesta por ser dueño de su propio destino, organizar su vida privada, su vida pública, sintiéndose dueño y no sometido pues a algunos dioses o a comisarios políticos, o a fuerzas superiores a su propia conciencia. En ese sentido escribí un libro de amor feliz, creo que el amor es una buena manera de pensar en la historia.

“Confundimos muchas veces la palabra historia y creemos que históricas son las constituciones, las leyes, los partidos políticos, las huelgas sindicales, las movilizaciones, pero los sentimientos son también históricos; cuando yo digo ‘soy hombre o soy mujer’ o ‘te quiero’, pues estoy también hablando del amor, de lo que significa ser hombre o ser mujer en una sociedad muy concreta; cuando mis hijas piensan en su futuro no se parece mucho a mi abuela cuando al principio del Siglo XX pensaba en su futuro.

“En España, por ejemplo, la feminidad no tiene nada que ver con hace 50, 60 años; al hablar de lo más íntimo, de sexo, al hablar de vocaciones, de las relaciones de pareja, hay que tomar conciencia de que la historia pasa también por la intimidad; que la intimidad es un territorio tan histórico como las plazas públicas, y sobre todo eso quise yo escribir en ‘Completamente viernes’, un libro que tomase conciencia del compromiso de la historia en la intimidad, y que al mismo tiempo se negara a caer en la cultura de la queja, reivindicando pues, como en el Renacimiento o como en la sociedad ilustrada, el derecho del ser humano a ser feliz y hacerse dueño de su propio destino más allá de lo que nos digan los dioses”.

Foto: Cortesía

 

“ES BUENO RESPETAR LO QUE LA MEMORIA GUARDA”

Desde su aparición en 1998, en dos décadas Tusquets ha editado “Completamente viernes” en diez ocasiones. Como un canto a la vida, el poemario conserva su frescura y vigencia, tal es la trascendencia de la poesía al paso del tiempo. En cualquier caso, Luis García Montero reconoce a sus lectores:

“Me parece que el mejor premio que puede tener un poeta son sus lectores, el saber que de alguna forma pertenece a la educación sentimental de sus lectores. Me gusta especialmente cuando estoy en una feria del libro o cuando hago una lectura pública, el momento en el que se acerca un poeta o un joven lector y me habla de un poema, pero también cuando se acerca la gente normal y me dice, ‘Pues el día de mi boda mi padre leyó un poema suyo de ‘Completamente viernes’’, o ‘Yo me declaré a un novio o a una novia con un poema suyo de ‘Completamente viernes’’; uno siente que pertenece a la educación sentimental de los lectores como a mi educación sentimental ha pertenecido y pertenecen poetas con los que me he educado sentimentalmente”.

Ganador del Premio “Federico García Lorca” de la Universidad de Granada (1980) y el Premio Nacional de Poesía (1994), entre otros, Luis García Montero rememoró cómo fue recibido su poemario por los lectores en 1998, año en que, por cierto, fue necesaria una segunda y tercera reedición.

“Fue un libro acogido muy bien por los lectores. En realidad ha sido un libro del que se han publicado muchas ediciones, al cabo de 20 años sale una edición más, está vivo. Creo que lo que mantiene vivo a un libro son sus lectores; el hecho literario tiene más que ver con la actualización que hace un lector que con la escritura del libro; lo que pone en movimiento un libro es el momento en que un lector lo habita con su propia experiencia, con su propio sentimiento y lo hace suyo.

“La literatura si no es hospitalaria, fracasa; y bueno, estoy agradecido a este libro porque desde el principio fue un libro muy habitado por los lectores, consideraron que era una buena manera de pensar en su propia intimidad”.

Después de diez reediciones de “Completamente viernes” en 20 años, ¿tiene algún argumento de por qué corregir o no un poemario para una nueva publicación?

“Conozco autores que de manera obsesiva corrigen sus poemas: Juan Ramón Jiménez, conforme iba publicando sus libros, y otros autores que prefieren no cambiarlos. Yo no soy muy inclinado a cambiar los poemas ni a vender en 2017 un libro que con fecha de 1994, 1995, pues ser reescrito ahora, no soy muy dado a eso, pero no tengo ningún problema teórico a favor o en contra.

“Cuando yo reuní mi ‘Poesía completa’ en Tusquets hice un par o tres cambios que en el diálogo con los lectores pues me habían llamado la atención y me habían dicho ‘esto no funciona’, y a lo mejor pues he cambiado un pronombre o una palabra para hacerle caso a los lectores porque me he dado cuenta que tenían razón, que en el espíritu del poema esa palabra no funcionaba, pero son dos, tres casos aislados, no me ha importado cambiarlo.

“Pero tampoco tengo interés en reescribir lo que he publicado antes porque es verdad también que cuando uno revisa un libro de 25 o 30 años, pues no se siente tan identificado con él como lo que ha escrito el día anterior, pero eso hay que respetarlo porque la literatura tiene también su historia y es bueno respetar lo que la memoria guarda”.

 

UN PERSONAJE LITERARIO

En “Completamente viernes” aparece errante la primera persona del singular: “Pero no sé quién soy cuando digo ‘Soy yo, abre la puerta’”, “A veces me pregunto si yo soy / el que hace de mí cuando vivo en tus sueños”.

A propósito del yo poético, ¿quién habla en los poemas de “Completamente viernes”?

“Mira, ahí creo que es importante, por una parte, que hable el poeta con honestidad; y por otra, que el poeta sea consciente que lo que aparece en el libro no es un yo biográfico, sino un personaje literario.

“Uno no puede traicionarse, pero uno sabe también que a la hora de construir una obra de arte, el personaje literario no puede representar solo los sentimientos biográficos de una persona, tiene que representar un espacio que pueda ser habitado por los lectores, que pueda convertirse en un personaje que aparte de nombrar al poeta, nombre también al lector; es un modelo.

“Me parece que los poetas no nos caracterizamos por sentir, sino por hacer sentir a los demás; y para eso lo importante es que cuando lea un poema de amor pues no piense en mi novia, sino que piense en su propia experiencia amorosa, en su novio, en su novia, en su vida;  para eso hay que distinguir muy bien un proceso de elaboración donde un yo biográfico se convierte en un personaje literario que pueda ser habitado por cualquier lector, que no sea un simple testimonio personal de los sentimientos del que escribe”.

Foto: Enrique Mendoza Hernández

 

“LA POESÍA COMO EL TERRITORIO DE LA VERDAD”

“La poesía es la voz del que se sabe / vivo y mortal, lo dice Blas de Otero / y en conclusión, señores, el poema / no nace del esfuerzo de hablar solo, / es la necesidad de estarle hablando / a una silla vacía”, se lee por “Completamente viernes”.

Entonces, al entrevistar a Luis García Montero también es fundamental hacerlo confesar otros apuntes sobre poesía.

¿Es posible llegar a una conclusión de lo que es la poesía luego de una trayectoria?, se le cuestiona al poeta granadino.

“Bueno, es muy difícil dar una definición de lo que es la poesía, yo puedo explicar lo que significa para mí después de muchos años de escribir y de meditar sobre la poesía: para mí la poesía es sobre todo una reivindicación de la conciencia individual, algo que me parece importante en un tiempo que existen poderosísimos medios de control de la conciencia, nos homologa, se establecen modas.

“Hay gente que se cree muy original por decir lo primero que se le ocurre o lo primero que piensa, y lo que está repitiendo como un loro es lo que flota en el ambiente, lo que ha sido impuesto como una moda en una sociedad, y en ese sentido me parece muy importante la reivindicación del individuo que quiera hacerse dueño de sus propias palabras, de sus propias opiniones, de su propia conciencia.

“Además, me parece muy importante también que esta reivindicación de la conciencia individual no signifique egoísmo ni soledad, ni ensimismarse, sino que quiera ser diálogo con el otro, diálogo con el lector, una conciencia en diálogo y compartida, eso es para mí la poesía.

“La poesía es una búsqueda del idioma. La formalidad del poema busca una música, que es lo que le da verosimilitud. Yo no soy de los que creen que de manera natural el contenido y la forma nacen unidos, pero sí creo que el trabajo del poeta consiste en encontrar la forma en el que resulten verosímiles sus contenidos y sus sentimientos; y la música del poema es fundamental.

“A mí me gusta la poesía que tiene la música del pensamiento, de la meditación, que se atreve a contar, a mantener un relato, pero con esa música de las palabras que se dicen en un momento de sinceridad, en ese momento en que dos amigos se toman una copa o una pareja se toma una copa y se cuenta la vida; en ese momento de la complicidad surge una música donde están las emociones, parece que está uno hablando con el corazón en la mano, ésa es la música de la poesía que a mí me interesó al escribir ‘Completamente viernes’.

“En resumen -sentenció Luis García Montero hacia el final de la entrevista para ZETA-, después de muchos años, pues me atrevo a definir la poesía como el territorio de la verdad, y estamos en la tan famosa era de la post verdad; pues bien, para mí la poesía es el territorio donde no se admiten engaños, donde uno tiene que relacionarse con honestidad con su propia conciencia y con las palabras de su idioma”.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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