En la actual administración federal, como parte del Pacto por México, el Presidente Enrique Peña Nieto instauró las Zonas Económicas Especiales (ZEE), que a partir de estímulos fiscales, ayudarían en la reactivación y crecimiento de la economía en los estados marginados del sur del país. A pesar que muchos se lo pidieron, dejó fuera de ese acuerdo a los estados fronterizos del norte, desde donde empresarios, analistas y políticos, piden una ZEE que les regrese algo del esquema que fue la Zona Libre, el cual trajo bonanza económica. En Baja California, hombres de negocios insistieron desde el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, para que hubiese una zona de excepción en esta frontera y el resto del norte mexicano. Pero nada. Calderón incrementó en uno por ciento el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y metió control en el manejo de dólares, entre otras medidas que afectaron la competitividad en la frontera. Peña Nieto tampoco reaccionó de manera favorable a la petición de los empresarios bajacalifornianos. Dejó fuera esta región de las ZEE y homologó el IVA al 16% con el resto de la República Mexicana. Pero ahora, dicen, las peticiones de los empresarios serán concedidas. Por lo menos así lo han planteado en el equipo del virtual próximo Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, donde consideran al virtual senador, Jaime Bonilla, como el enlace entre el centro y el norte del país para la Zona Económica Especiales que desde el equipo de transición, ya comienza a trabajarse.
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