La historia no tiene muchas vueltas. Tres chicas adolescentes piensan perder su virginidad en su fiesta de graduación, cuando sus padres descubren el plan –descifrando los emojis en un chat- hacen toda clase de tonterías para evitarlo.
Dirigida por la novata –al menos en cine- Kay Cannon, y con las actuaciones de John Cena, Leslie Mann y Ike Barinholtz la película es una comedia ligera sorprendentemente divertida en donde el choque generacional es expuesto con una nueva chispa en donde, en vez de que los chicos se equivoquen, los que están en un grave error terminan siendo los adultos.
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Con una insuperable habilidad cómica Cena hace de las suyas en este filme que raya en lo grosero pero no traspasa el límite, a sabiendas de que la vulgaridad no hace una comedia. Bien, además, por los guionistas Brian y Jim Kehoe para desarrollar una trama algo trivial, con un humor a ratos negro, pero que culmina en momentos tiernos donde, finalmente, las familias se encuentran.
Esto es posible por medie de buenos personajes, empezando con “Julie” (Kathryn Newton), una adolescente a punto de ir a la universidad, que ha sido amiga desde kínder de Kayla (Geraldine Viswanathan), y la intelectual Sam (Gideon Adlon).
Conforme las jóvenes van creciendo, es lógico que los padres también formen una amistad a ratos caótica sobre todo por la paranoia de “Lisa” (Leslie Mann), la madre soltera que no sabe darle espacio a su hija. Luego está el tierno Cena como “Mitchell”, el papá en casa; la doctora reacia (Sarayu Blue) y Sam (Ike Barinholtz), el padre divorciado y aprehensivo.
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Hay suficientes personajes y personalidades aquí para que todo funcione como debe ser, bien guiado por la inteligente dirección de Cannon.
El resultado es entretenido, refrescante, sin ser el filme del año, pero con suficiente madeja para que se sienta la satisfacción de no haber tirado el dinero en la taquilla ni el tiempo en el cine.
Punto final.- ¡Avengers! ¡Avengers!
