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miércoles, febrero 21, 2024
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Vox populi, Vox Dei.- No debemos ser aduladores. Centenarios, fechas y aniversarios

Señoras y señores:

El año pasado, 2017, mencioné del medio centenario de la graduación de nuestra histórica Escuela Secundaria Federal de Agua Caliente “Poli”, no “La Lázaro”. Ahora, en este 2018 hay otros que se cumplen.


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Hace cuatro siglos, en 1618 inició en Europa la llamada “Guerra de los 30 años”, en donde -con la religión de pretexto y banderín- los políticos enfrascaron a protestantes contra católicos. Alemania -donde Martín Lutero con Melanchthon (Philip Schwartzerdt), Thomas Müntzer y Ultrich Zwingli habían iniciado el cisma protestante en 1517, ante el catolicismo- fue hecha campo de batalla para invasores y perdería la tercera parte de su población. Llegó a poner a España (la mayor potencia que quedaría debilitada) contra la protestante Suecia, Inglaterra, Holanda y la envidiosa Francia, cuyos corsarios, piratas, filibusteros y bucaneros arreciaron ataques para asaltas, saquear y destruir nuestras tierras americanas de Nueva España, Cuba, Nueva Granada y Perú. Gracias a que somos algo ignorantes en historia, irónicamente vamos a Disneylandia a aplaudir a los malos piratas del Caribe.

Tres siglos después, en 1918, al revés se firmó la tregua de paz que desembocaría, en unos meses, en el Tratado de Versalles, concluyendo la dolorosa Primera Guerra Mundial -originada el 28 de junio de 1914, después de que el extremista Gavrilo Princip, del grupo terrorista serbio “Mano Negra”, asesinó al príncipe heredero del trono de Austria-Hungría, Franz Ferdinand, y a su esposa Sophie. Los rusos, franceses e ingleses, en vez de apoyar en evitar tales crímenes o participar para buscar a los miembros de esa célula, lo usaron de arma de burla y chantaje político.

En nuestro México se cumplen 170 años de la firma del Tratado de Guadalupe-Hidalgo, finalizando la guerra de invasión por Estados Unidos, entregando más de la mitad (60%) de los territorios de la antaña Nueva España/Méjico que los reyes de la vieja, pero vigilante España, nos habían resguardado y gobernado de perderlos (Alta California, Nevada, Utha, Wyoming, Arizona, Colorado, Nuevo Méjico, Tejas, etc.), en parte, recáspita, porque los políticos se seguían robando los dineros para defensa, mientras las tropas norteamericanas avanzaban.


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Hace medio siglo, en 1968, durante la época del “Milagro mexicano”, con el tipo de cambio del peso a 12.50 por un dólar, el cual dejó tan hábil, prudente y firme don Antonio Ortiz Mena, secretario de Hacienda por dos sexenios, tiempos que vivimos y recordamos mi generación; fue el movimiento estudiantil en vísperas de los Juegos Olímpicos -por primera vez a efectuarse en un país tercermundista, nuestro México-, cuando estuvimos en el umbral de saltar al primer mundo.

Era ya muy pasada la época de gloria en que, como colonia de la vieja España, el peso mexicano (desde las Américas y Europa hasta China y Japón, recórchilis, la moneda más cotizada en todo el mundo). Y la que copió los Estados Unidos, en 1789, para emitir el dólar (aunque sean tan sorprendentes estas estadísticas históricas, estimado lector). Cuando, zambomba, el nivel per cápita en Nueva España/Méjico fue mejor que en unas partes de Europa o Estados Unidos -que tenía medio millón de esclavos negros e indios- mientras que en Nueva España, con unos 50 mil éramos diez veces menos crueles. O la época de Porfirio Díaz, que el peso solo había caído a dos por uno. Pero Lázaro Cárdenas nos provocó una serie de devaluaciones desde 1938, aunque algunos lo adornen y adulen.

Ese movimiento del 68 coincidió mundialmente con otras protestas. Una tras la invasión por Rusia soviética para aplastar las manifestaciones en busca de una democracia y zafarse de comunismo en Checoslovaquia. Otra más respecto a las raciales en EE.UU. contra la discriminación hacia la “gentes de color”; asimismo pasó con las protestas estudiantiles en París y otras ciudades de Europa. Inició uno en DF, México, al “noviar” un chamaco de una preparatoria con una chica de otra, haciéndose pleito callejero de escuelas, hubo represión policial, hasta que el Ejército hizo matanza en Tlatelolco, el 2 de octubre. Eso cortó de tajo la época de optimismo, arrancó los sueños color de rosa y nos ensombreció en todo México. El país comprendió lo abusivo de los políticos y se les dejó de adular. Así se cumplen cuatro hechos varios en 2018. Amablemente. Continuará.

 

José Luis Haupt Gómez

Tijuana, B.C.

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Autor(a)

Carlos Sánchez
Carlos Sánchez
Carlos Sánchez Carlos Sánchez CarlosSanchez 36 carlos@zetatijuana.com
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