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viernes, febrero 16, 2024
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Un cúter, el arma homicida

Delia Isabel fue atacada por Carlos Javier, recibió un certero corte en la garganta que poco a poco le fue quitando la vida. Alcanzó a gritar y vecinos la escucharon, por eso la Policía acudió a la cuartearía donde vivía el joven de 22 años acusado del asesinato

Habían pasado casi seis días desde que fue detenido Carlos Javier Arriola Díaz y apenas se le asomaba un pequeño bigote “puberto”; flaco, moreno y con el cabello desaliñado, su registro señala que tiene 22 años de edad, que es originario de la Ciudad de México y no cuenta con antecedentes penales.


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Buscaba fama y no hizo el menor intento por evadir la justicia, al contrario, personas cercanas a la investigación señalan que quería ser detenido y exhibido. De hecho, cuando fue interceptado por los medios de comunicación nunca bajó la cabeza, incluso parecía orgulloso de su arresto.

Una fuente señala a ZETA que Carlos Javier condujo el vehículo de Delia Isabel Verdugo Machado incluso con el cuerpo, por eso el mal olor en el carro, además, tiró los brazos de la mujer en el basurero de la empresa Telvista, donde trabajaba, con la intención que fueran localizados. Eso no sucedió, se habrían ido entre los desechos.

La misma fuente apunta a que Carlos fue detenido por un agente de la Dirección de Seguridad Pública Municipal luego de percatarse que traía placas sobrepuestas, sin embargo, no lo reportó porque quería “bajarle” dinero, tampoco checó la serie del vehículo, de haberlo hecho se habría percatado que el auto tenía denuncia de robo y que el joven estaba relacionado con la desaparición de Delia Isabel.


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Entre Carlos Javier y Delia Isabel no había una relación de amistad como lo señaló la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de manera oficial; se habían visto en tres ocasiones para tener relaciones, al menos eso deducen de los mensajes de texto que se enviaron entre sí.

Según fuentes extraoficiales, Carlos atacó de manera sorpresiva a Delia con un cúter, logrando cortarle el cuello. La joven alcanzó a gritar. Diez  años mayor que él, casi logra librarse del ataque, pero poco a poco fue perdiendo fuerza al irse desangrando hasta morir en la vivienda del joven.

Los gritos fueron escuchados y denunciados por un vecino, quien habló al 911 y quedó registrado en el número de incidente 118199/18, el cual fue atendido por el agente de la policía municipal de apellidos Pérez Olague.

En el reporte de la llamada se lee: “Manifiesta que pasando Telvista está una mujer gritando entre Presa Becerra donde están tres departamentos, desconoce vestimenta de la persona, solo escucha gritar”.

La respuesta del agente: “No se ubicó la mujer y nadie comunica nada”. Finalmente los gritos de Delia Isabel habían perdido fuerza, al ser opacada por la sangre que salió de su garganta.

El vecino también contactó a la casera de los departamentos, quien inmediatamente se comunicó con Carlos Javier. El joven le señaló a la señora que había tenido una fuerte discusión con su novia, pero que finalmente ya se había arreglado todo.

La casera regresó la llamada al vecino que llamó a la policía, y al exponerle la situación se quedó convencido, debido a que habían terminado los gritos. Conforme con la respuesta, olvidó el tema.

Carlos Javier nunca intentó escapar de la ciudad, incluso -fuera de la audiencia- dijo tener una novia, por lo que no planeaba huir, al parecer él mismo apagó el refrigerador, una especie de frigobar que se encontraba fuera de su domicilio y donde se localizó la cabeza de Delia, cuando el olor alertó a los oficiales que buscaban el cuerpo.

Ningún familiar del joven apareció durante el juicio. En las audiencias de imputación y vinculación a proceso fue auxiliado por el abogado de oficio Darío Antonio Vázquez, quien solicitó la ampliación de plazo de 144 horas para la vinculación, solicitó el reporte del 911 y pruebas periciales, pero decidió no presentar ninguna en la audiencia.

El fiscal Rafael Cervantes no presentó un móvil del homicidio, se limitó a relatar los hechos apoyándose de pruebas periciales y de los testimonios del vecino y la casera.

El joven fue inexpresivo durante todo el juicio, apenas contestaba las preguntas que se le formulaban y en más de una ocasión la juez solicitó que alzara la voz para poder escucharlo.

Dentro de la vivienda de Carlos Javier se encontraron diversas pruebas, entre ellas el cúter con el que posiblemente asesinó a Delia Isabel, además de huellas hemáticas por toda la casa, como salpicamiento y goteo sobre muebles.

De igual manera, se encontraron manchas pardo rojizas secas en el baño y la sala, dentro de la cocina se localizaron guantes negros en una vitrina, un monedero con la licencia de conducir, credencial electoral a nombre de Delia Isabel Verdugo Machado, título de propiedad del vehículo Volkswagen 2013 -así como las placas originales, del Estado de California- y el pasaporte de la víctima.

 

LO QUE DICE LA LEY

Abogados consultados por ZETA señalan que el delito de feminicidio está contemplado en el Artículo 129 del Código Penal de Baja California y conlleva una pena de 20 a 50 años de prisión a la persona que lo comete.

A diferencia del homicidio, el feminicidio tiene que encuadrar en alguna de las siguientes circunstancias:

1)  La víctima tuvo que ser privada de la vida con dolo

2) Se le infringieron mutilaciones (fracción IV)

3) El cuerpo de la víctima fue expuesto o arrojado en un lugar público

4) La víctima estuvo incomunicada.

Adicionalmente, el Artículo 208 Bis del Código Penal de Baja California prevé una pena de 5 a 12 años de prisión por robo de vehículo; de cometerse con violencia, se agregan de uno a tres años.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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