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jueves, febrero 15, 2024
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El new deal de AMLO (Tercera parte)

En la saga anterior de este artículo comentábamos el camino que Andrés Manuel ha tenido que sortear para llegar a la competencia actual y cómo ha asumido el reto desde que tomó la estafeta antineoliberal que, voluntaria o involuntariamente, le heredó Cuauhtémoc Cárdenas.

Doce años han pasado desde su primer intento presidencial: ¿ha modificado su propuesta para acercarla a la oligarquía que impidió su reconocimiento presidencial? Sin duda, AMLO ha desplegado una estrategia para empatizar con los factores reales del poder de nuestro país, lo había hecho desde 2000, año en el que ganó la jefatura de gobierno y gobernó en armonía con Televisa y Carlos Slim, desarrollando además, una obra pública mediante licitaciones con la iniciativa privada e inyectando enormes cantidades de dinero al comercio capitalino, mediante la novedosa tarjeta de gastos que le otorgó a los adultos mayores en forma de pensión universal; pero el apoyo al desafuero por parte de Televisa y el Consejo Coordinador Empresarial lo hizo recular para instalarse, en plena campaña presidencial de 2006, en un discurso polarizador y amenazante para la oligarquía mexicana y su vigoroso ejército de advenedizos. Sin embargo, desde la campaña amorosa del 12 ha intentado construir un puente de entendimiento que no lo someta ni desbarranque a su proyecto de gobierno.


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¿Su ruta es la misma a la que siguió Lula después de tres intentos o su propuesta ecuménica de hoy es acaso una engañifa como la que armó Chávez para poder llegar al poder? Resulta claro que AMLO es cercano a Lula y no a Chávez; su historia política, como la del brasileño, es la de un demócrata que enfrenta intereses oligárquicos y no la de un golpista que sin formación política, convierte a la leyenda de un personaje histórico en ideología, mezclándola estrambóticamente con el marxismo-leninismo y el castrismo cubano. AMLO no es un militar, sino un político formado en el nacionalismo revolucionario y el desarrollo estabilizador.

¿Qué intenta en realidad? Restaurar un proyecto nacionalista, con un dentado régimen de estado regulador de la economía que reinserte la construcción del estado de bienestar, como propósito nacional y garantice un arbitraje justo entre las diferentes fuerzas económicas de la sociedad.

¿Ofrece una glasnost o un regreso al sistema autoritario tradicional del priismo sesentero? AMLO es un político formado en la ideología del nacionalismo revolucionario, pero producto de la apertura democrática que ese sistema experimentó desde los setentas y que generó el pluripartidismo, la competencia democrática y la alternancia. Tiene credenciales democráticas, como ningún otro de los candidatos, pues su adversa lucha la ha librado siempre en el nombre de la democracia y sin abandonar jamás el apego a la institucionalidad democrática. Propone actuar como lo hizo, cuando fue jefe de gobierno, respetando la autonomía del poder legislativo y el judicial; se propone terminar con la simulación democrática, con las leyes meta-constitucionales, convencido de que la glasnost que requería el régimen autoritario del viejo PRI, que él ha combatido desde que renunció a su militancia tricolor en el rompimiento de 1988, se resume en eso.


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¿Cómo están alineadas sus posiciones respecto de lo que pasa en la economía mundial? El neoliberalismo, instaurado en diferentes medias, hace poco más de 40 años, aprovechando el impulso globalizador, ha entrado en crisis, sobre todo en aquellos países como México, en los que se adoptó radicalmente; su único logro ha sido contener la inflación, pero a costa de empobrecer a la sociedad y enriquecer desmedidamente a unos cuantos. Significó también un retroceso de los estándares democráticos que se tenían antes de su implementación, pues en los hechos construyó naciones inseguras y gobiernos represores, a la vez que el empoderamiento de una oligarquía, antes controlada. De eso están hartas las sociedades del neoliberalismo que hoy están en rebeldía democrática, debatiendo respecto del curso que debe tomar la economía, para terminar con la brecha económica de este mundo inseguro y desigual.

¿Cómo afectaran estas propuestas a los diferentes agentes económicos del país? En la siguiente entrega de esta saga abordaremos este espinoso tema.

 

Jesús Alejandro Ruiz Uribe es Doctor en Derecho Constitucional, ex diputado local, rector del Centro Universitario de Tijuana en el estado de Sonora y coordinador estatal de Ciudadanos Construyendo el Cambio, A.C. Correo: chuchoruizuribe@gmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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