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jueves, febrero 22, 2024
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The Post

Esto parece una precuela estupendamente bien hecha de “All the President’s Men” (Todos los hombres del presidente), pero en vez del caso “Watergate”, el enfoque aquí está en los llamados Pentagon Papers, una serie de documentos que demostraron que varias administraciones federales sabían que Estados Unidos perdería la guerra de Vietnam, pero se negaron a acabar el conflicto por soberbia.

El primero en obtener la información fue The New York Times, pero cuando una orden judicial le prohíbe al diario su publicación, le toca a Kay Graham, dueña de The Washington Post, decidir hacer del conocimiento de los lectores la información que está sobre el escritorio de su director editorial, Ben Bradlee.


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Meryl Streep interpreta a Kay, a Tom Hanks le toca el rol de Bradlee y Bob Odenkirk da vida a Ben Bagdikian, un reportero que definitivamente se acababa las suelas de los zapatos consiguiendo la nota, tan es así que fue él quien obtuvo los famosos “Papeles del Pentágono”.

Al frente de toda esta intensa recreación de los hechos aparece Steven Spielberg, quien tomó el guion de Liz Hannah y lo convirtió en una defensa brillante de la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que su actual primer mandatario Donald Trump tanto quiere minimizar y/o descalificar con el concepto de fake news.

Aunque la crítica es velada, por supuesto lleva a la reflexión en la medida que vemos a Graham ensimismada y comprendemos el debate interno de esta mujer que toma las riendas del periódico que su padre heredó a su esposo, Philip Graham, quien tras su suicidio dejó vacía la dirección de The Post.


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El compromiso que esta mujer adquiere con el periodismo que estudió, más la influencia del colmilludo Bradlee, viene a recordar por qué la libertad de prensa y el derecho que tiene la gente a saber son valores intrínsecos de una sociedad democrática y progresista.

Sin panfletos, Spielberg supo exponer justo este punto, apoyado en el trabajo  de una magistral Streep que dice más cuando calla que cuando habla.

En un mundo de hombres dispuestos a desacreditarla, moldeada por las relaciones amistosas con políticos y funcionarios de gobierno que ahora quedarían expuestos, y contrariada por la mirada siempre cuestionadora de Bradlee, Kay es un personaje complicado que a veces, a lo largo del filme, no se sabe qué rumbo tomará.

Esa incertidumbre que proviene de las dudas de Graham, dispuesta a prolongar su fallo hasta el último minuto, es lo que hace que la película sea una obra sobresaliente no solo para la actriz, sino para Spielberg, mientras que Tom Hanks se convierte en su punto de equilibrio, explorando la impaciencia de Bradlee que desafió a Graham al punto que ella terminó asumiendo su posición.

Y como colofón, este filme nos invita a ver cómo se hacía periodismo de investigación sin la era digital, en tiempos en que la información se tejía letra por letra, cuando las palabras importaban. Imposible, pues, negar la nostalgia por el verdadero ejercicio de un oficio que tanto se ha trivializado. ****

Punto final.- A ver si “The Post” repite la hazaña de “Spotlight” en la próxima entrega del Óscar.

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
Gabriela Olivares Torres Gabriela Olivares Torres GabrielaOlivares 10 gabriela@zeta.com
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