Se bajó de la contienda. Iba a ser candidata (pero en la Segunda Posición) al Senado de la República. Sin embargo, dicen sus incondicionales, no estaba dispuesta a seguir cargando con Alejandro Arregui, a quien el PRI le asignó la Primera Posición de la fórmula. Sánchez ya se había sacrificado en la Segunda Posición cuando el PRI lanzó a Eligio Valencia en la primera.
El caso es que la diputada federal del PRI declinó a la candidatura de su partido al Senado de la República, cuando ya había anunciado que la aceptaba porque José Antonio Meade y el mismísimo Enrique Peña Nieto se lo pidieron. El arranque de Nancy al haber aceptado, terminó en menos de siete días, cuando presentó su dimisión ante el dirigente nacional, Enrique Ochoa.
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Las rivalidades de la ex dirigente estatal con varios priistas fue la ruina. Ni con David Ruvalcaba, dirigente en el Estado, ni con Enrique Acosta Fregoso, ni con René Mendívil puede entenderse. Mucho menos con Jorge Hank Rhon, quien parece apadrinar el cuadro de candidatos de las próximas elecciones.
