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viernes, febrero 16, 2024
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En pareja

Mi amor, quiero que todo vuelva a ser como antes.

¿Como cuando nos conocimos?


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No, antes.

Autor: Ex pareja.

 


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Palomitas

Llega una pareja a la dulcería de un cine. La dependiente sonríe y les toma la orden al novio.

Unas palomitas por favor.

¿Dulces o saladas?

Como mi novia.

Uy, lo siento mucho joven, aquí no vendemos palomitas feas.

Autor: Anónimo de Cinépolis.

 

Madre a los 65

Con la nueva tecnología aplicada para la fertilidad, una mujer de 65 años dio a luz a un bebé.

Cuando salió del Hospital y fue a su casa, llegaron sus familiares a visitarla.

– ¿Podemos ver al bebé?, preguntó uno de ellos.

– Todavía no, dijo la flamante madre de 65 años, dentro de poco.

Pasó media hora y otro de los familiares preguntó: ¿ya podemos conocer al nuevo bebé?

– Todavía noooooo, dijo la madre.

Pasó otro rato, y volvieron a preguntarle, impacientes, pero bueno: ¿cuándo vamos a ver al bebé?

– Cuando llore, respondió la madre.

– ¿Cuándo llore?, exclamaron. ¿Por qué tenemos que esperar hasta que llore?

– ¡Porque no me acuerdo dónde lo puse!

Autor: Padre a los 66.

 

Trágico accidente

Iban dos locos en una moto a toda velocidad. El conductor se detuvo, se quitó la camisa y se la volvió a poner con los botones en la espalda para protegerse del frío. En una curva perdieron el equilibrio y cayeron. Llegó la ambulancia, trataron de salvarlos pero finalmente murieron ambos.

En el parte médico decía:

“Dos personas iban en una motocicleta y tuvieron un accidente. Cuando llegamos, el que iba detrás ya había muerto. El conductor murió cuando intentamos enderezarle la cabeza, ya que la tenía viendo hacia atrás.”

Autor: Un socorrista.

 

La boda de Manolo y Pilar

Manolo se casó con Pilar. Él no lo sabía, pero Pilar había pasado de mano en mano antes de conocerlo. La noche de bodas estuvieron en el hotel del pueblo. Como los lugareños eran muy chismosos se amontonaron junto a la puerta de la habitación de Manolo y Pilar para oír que pasaba.

Lo primero que escucharon fue que Manolo decía:

– Ahora voy a besarte como nadie lo ha hecho, Pilar.

Afuera se corrió el rumor:

– ¡La va a besar! ¡La va a besar!

– Ahora voy a abrazarte como nadie lo ha hecho, Pilar.

– ¡La va a abrazar! ¡La va a abrazar!

– Y ahora voy a hacerte lo que nadie le ha hecho antes, Pilar.

– ¡La va a matar! ¡La va a matar!

Autor: Un chismoso.

 

Cínico

Están dos policías a la vera del camino, cuando pasa un tipo hecho un demonio a 160 kilómetros por hora.

Uno le dice al otro:

– ¿No es ése el desgraciado al que le quitamos la licencia ayer?

– Sí, es ése. Sigámoslo.

Lo siguen, lo alcanzan, lo detienen y le preguntan:

– ¿Y su licencia?

– ¡No mancheeeeen, no me digan que la perdieron!

Autor: Uno de tantos cafres.

 

En el mercado

Un hombre y una mujer se encuentran. Ella sonríe al verlo y le dice:

Hola.

A lo que el hombre sorprendido responde:

¿Me conoces?

Creo que eres el papi de uno de mis niños. El parecido es impresionante.

Nervioso, el señor hasta hace a un lado el carrito de compras y prosigue la conversación:

A ver. ¿Acaso eres la bailarina de “El pata negra”? Te juro que no fue mi intención hacer tantas cosas contigo en esa mesa de billar pero es que mis amigos me dieron de beber hasta el grado máximo de ebriedad y cuando tomo pues soy un verdadero maníaco sexual.

Este… no, para nada. Soy la maestra de tu hijo.

Ah…

Autor: Padre apenado.

 

Máquinas expendedoras

En el pueblo costeño de Ile de Ré, en Francia –dónde más- acaban de instalar ¡EN ZERIO! máquinas expendedoras de ostiones.

El propósito es fomentar el consumo de este producto de concha considerado una exquisitez. Por supuesto que las máquinas cuentan con una refrigeración de primera. Vaya botanita tan gourmet para locales y fuereños.

 

Cartera perdida

En un evento, Mark Carney, el Gobernador del Banco de Inglaterra ¡EN ZERIO! no pudo encontrar su cartera.

El suceso ocurrió cuando se les pidió a los asistentes sacar de sus bolsillos o bolsos algo que representara la economía nacional. Todos lógicamente sacaron su cartera excepto, pues, el susudicho que por más que buscó por todos lados tuvo que aceptar que no traía dinero en efectivo, ni en plástico. Nada que ver con el estado de las finanzas del país que representa, claro.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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