Desde hace aproximadamente10 años, llevamos a cabo Jornadas Comunitarias. Hemos hecho prácticamente de todo. Plantamos árboles; pintamos escuelas, centros comunitarios, callejones, centros de rehabilitación, orfanatorios, asilos, casas hogar; limpiamos escuelas, calles y muladares. Convertimos picaderos en áreas comunitarias y muchas cosas más.
En más de una ocasión nos retiramos con un olor de perro muerto en la ropa, literalmente. Vamos en el carro con una “fragancia” que no nos aguantamos ni nosotros, pero nada nos borra la sonrisa de satisfacción, aunque a veces nos retiramos con un nudo en la garganta.
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No es fácil que nos quiten el buen ánimo, si bien, hay casos que realmente son deprimentes. Lo que hacemos en esas circunstancias es tratar de convertir la tristeza en acción. Si solamente nos acongojamos, quizá seamos empáticos con las personas que nos platican sus penas o que vemos en medio de un problema, pero no ayudaríamos mucho simplemente con simpatizar con ellas.
Por eso, nos vamos con un listado de “cartas para Santa Claus”. Hacemos hasta lo imposible por lograr que las necesidades ajenas sean propias y de alguien más –como ciudadanos aliados por nuestras causas, asociaciones civiles o instituciones gubernamentales–, para darles a los necesitados, respuestas alentadoras.
Cada historia impactante que conocemos, nos estremece, pero hay algunas que sobresalen. Una de las más recientes es el caso de una directora de primaria que nos sorprendió con su optimismo y empuje al platicarnos sobre la situación de la escuela.
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Resulta que, a invitación de otra asociación civil amiga, fuimos a ayudar a su escuela, donando pintura y mano de obra para darle una mano de gato –más bien, una garra de tigre– al plantel, disfrutando mucho de la participación de alumnos, maestros y padres de familia. Sin embargo, entre brochazo y brochazo, nos enteramos de nada más, ni nada menos de que hace unos días, unos desgraciados vándalos ladrones se robaron todo lo que pudieron, causando, además, todo tipo de destrozos en la primaria.
Los delincuentes se llevaron las 16 tabletas –de las baratitas, porque no pudieron comprar otras mejores–, producto de la cooperación de los papás; se robaron también las laptops de los maestros, la computadora de escritorio de la directora, las cámaras de videovigilancia, la alarma, el cableado y finalmente destrozaron todo lo que pudieron y tiraron los expedientes en un baldío.
¡Qué malditos! Cuánto daño material le causaron a la comunidad escolar; lo que más deprime es que no faltará quien en el sobrerruedas o quién sabe dónde más, comprarán por unos pesos lo que significó en su momento gran sacrificio de padres de familia, maestros y alumnos.
Pero bueno, después del coraje, lo que queda es admirar el optimismo de la directora y de sus compañeros de trabajo que no se rinden y que piensan que con esfuerzo podrán reponer lo perdido y salir nuevamente adelante.
Eso sí, historias como éstas seguro no te sacuden, difícilmente algo más lo hará y seguirás siendo un ser indiferente que permite que la maldad triunfe.
Por el contrario, te invitamos a ayudar a que el ejemplar afán de esa notable directora y de la comunidad escolar, te arrastre hacia la participación ciudadana y que te sumes a que, cuando regresemos a esa escuela, vayamos cargados de tabletas –de las buenas– y de todo aquello que sustituya lo robado.
Afortunadamente no pudieron sustraer el ánimo de esa comunidad que está esperando tu solidaridad. Por lo que te invitamos a sumarte a la causa, comunicándote con nosotros a través de nuestras redes sociales para que te integres a las buenas noticias que habremos de llevar.
Todo es cuestión de convertir la tristeza en acción.
Alberto Sandoval es Fundador y Coordinador de Alianza Civil, A.C. y Presidente del CO-MOSC. Correo: AlbertoSandoval@AlianzaCivil.Org Internet: http://albertosandoval.mx/ Facebook: Alberto Sandoval Twitter: @AlSandoval
