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viernes, febrero 16, 2024
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Tragedia y nobleza

En septiembre de 1985, Dios nos concedió la oportunidad de vivir y atestiguar la nobleza de los mexicanos en la tragedia del 19 y 20 de septiembre, durante el Terremoto de la Ciudad de México y Ciudad Guzmán, Jalisco.

El entusiasmo y la curiosidad, con cámara en mano, lentes angulares y telefoto, permitieron captar cientos de imágenes que compartimos en La Voz de la Frontera y Ocho Columnas de Guadalajara.


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Imborrable el recuerdo de miles de hombres y mujeres pasándose, de mano en mano, cubetas con escombros para poder rescatar a personas vivas o muertas.

La imponente Ciudad de México, deslumbrante desde las alturas durante el día o la noche, se cubrió de escombros, incendios, heridos, desaparecidos, habitantes y visitantes muertos en el hotel El Regis; en multifamiliares, como Tlatelolco; en casas particulares y hoteles. En Ciudad Guzmán, Jalisco, ancianitos, como don Antonino, lloraban encuclillados al ver a sus esposas muertas entre los escombros de cientos de casas de adobe que se vinieron abajo, como las torres de la Catedral de Zapotlán El Grande.

¿Quién tiene la culpa? ¿Por qué sucede esto? Porque incluso, los periódicos capitalinos que nunca se acuerdan de Dios, en grandes titulares exclamaban: ¿Por qué, Dios?


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Tragedias en México seguirán ocurriendo; como la de San Juanico, en 1984; el sismo de 1985; las lluvias de 1993, en Tijuana; los sismos de abril de 2010, en Mexicali; ciclones, terremotos, incendios, accidentes, lluvias, inundaciones.

Bien lo expresan las autoridades de Protección Civil de Baja California y Sonora, es mejor estar siempre preparados, ya que vivimos en zonas sísmicas. Lámparas, radio de baterías, agua y un buen botiquín. Ser previsores y no lamentarse por algo que no se puede predecir, pero sí prevenir. Accidentes que pueden evitarse.

Los terremotos o movimientos de tierra, hasta la fecha, no pueden predecirse aun con alarmas anti sismos.

Puede uno prepararse espiritualmente o, como quien dice: “Dios te agarre confesado”, que ante Dios, uno diariamente tenga la oportunidad de revisar la vida personal y reconciliarse con el Creador. Seguir las indicaciones de las autoridades de Protección Civil y, como lo piden nuestros obispos a través de la Comisión Episcopal de Pastoral Social -Cáritas México-, ser solidarios con las comunidades, en este caso, de Chiapas, Oaxaca, Ciudad de México y Morelos.

Si tiene la oportunidad de ingresar a la página virtual de Cáritas México, ahí encontrará comunicados y cuentas bancarias por si desea donar u ofrecer apoyo a las comunidades de las arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; Tehuantepec, Oaxaca; y Ciudad de México.

 

Germán Orozco Mora reside en Mexicali. Correo: saeta87@gmail.com

 

 

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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