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sábado, febrero 17, 2024
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Fernando del Paso, Doctor Honoris Causa por la UABC

“Por su aportación original a la literatura”, el autor fue distinguido por el alma máter bajacaliforniana. “Más allá de todo patrioterismo y toda demagogia, puedo afirmar que las declaraciones y acciones histéricas del Presidente Trump, han ofendido profundamente a México”, expresó a través de un discurso leído por su hija Paulina

El ganador del Premio Cervantes 2015, Fernando del Paso Morante, continúa siendo distinguido. En esta ocasión, la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) le otorgó el grado de Doctor Honoris Causa.


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En una ceremonia realizada en la Sala de Lectura del Centro Comunitario de la UABC Campus Tijuana el martes 13 de junio, con la presencia de autoridades de la Universidad y funcionarios culturales, Alfonso Vega López, secretario general y secretario del Consejo Universitario, manifestó que por acuerdo unánime del Honorable Consejo Universitario en sesión ordinaria de fecha 7 de octubre de 2016, se otorgó el Doctorado Honoris Causa a Fernando del Paso:

  1. a) “Por su aportación original a la literatura, mediante sus innovaciones estilísticas”.
  2. b) “Por la derivación de su obra literaria hacia otros campos de las artes, logrando un impacto académico trascendental”.
  3. c) “Por la actualidad de su obra en la historia y la cultura mexicana”.
  4. d) “Por su relación con la UABC, a través de su obra, logrando una difusión en la comunidad universitaria, siendo un referente para su estudio”.

El rector y presidente del Consejo Universitario, Juan Manuel Ocegueda Hernández, refirió: “Desde aquí, aprovechando el conducto de su hija Paulina del Paso, le damos las gracias a don Fernando del Paso por su importante contribución a las artes y a la cultura de nuestro país y a nivel internacional”.

Acto seguido, Ocegueda Hernández otorgó el documento enmarcado y una medalla conmemorativa con la insignia de la Universidad a Paulina del Paso, que acredita el máximo reconocimiento otorgado por la UABC a Fernando del Paso.


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La voz de Fernando del Paso

Así llego el esperado momento en que Paulina del Paso hizo uso de la voz para leer el discursó del autor de “José Trigo” (1966), “Palinuro de México” (1982), “Noticias del Imperio” (1988) y “Linda 67. Historia de un crimen” (1995):

“Estimado Señor Rector de la Universidad Autónoma de Baja California,

“Dr. Juan Manuel Ocegueda Hernández,

“Honorables miembros del presídium,

“Maestras y Maestros, colegas universitarios:

“Cuando en 1952 se fundó el Estado de Baja California, yo tenía apenas 17 años y estaba a punto de ingresar a la Escuela Preparatoria. No sabía bien a bien en aquel entonces lo que era la Universidad, ni lo que una Universidad podía darle a la gente, a los jóvenes que apenas comenzaban a vivir en una sociedad añeja y complicada. Apenas cinco años después de fundado el Estado de Baja California tenía ya una Universidad propia dónde acudirían los jóvenes de la localidad que antes se veían obligados a continuar sus estudios en Hermosillo, Guadalajara o la Ciudad de México.

“El primer Rector, como ustedes lo saben, el Dr. Santos Silva Cota, recibió el apoyo del entonces gobernador, el Ingeniero Eligio Esquivel Méndez para crear las escuelas de Ciencias Marinas en Ensenada, de Economía y Contabilidad en Tijuana y de Pedagogía en Mexicali, así como los institutos de Investigaciones Oceanológicas en Ensenada y de Investigaciones Económicas y Sociales en Tijuana.

“Con el paso de los años la Universidad siguió creciendo tan es así que este año se cumplen 60 años de su creación, pero no he venido aquí para contarles lo que ustedes conocen mejor que un servidor. He venido a aceptar en público, como un gran honor y un premio, el nombramiento de Doctor Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Baja California, Universidad que ha construido su gran prestigio a base de un tesón impecable, institución que ha triunfado al servicio de su pueblo y de sus estudiantes en la formación de profesionales que han contribuido positivamente al crecimiento de una sociedad sólida y eficaz.

“Pero qué digo, si lamentablemente no estoy con ustedes, ahora mismo me encuentro en la cama y desde aquí he dictado este discurso. Y es que hace casi cuatro años, sufrí una serie de infartos al cerebro de carácter isquémico. La isquemia es casi lo contrario de un derrame: es la escasez o ausencia parcial o total de sangre en un órgano vital, como puede ser el corazón mismo, los pulmones o el cerebro.

“A pesar las grandes mejoras que he tenido, hoy día todavía pago las secuelas a largo plazo de estos infartos, he recuperado el habla tras tres años de terapia lingüística, pero mi voz, la voz que tuve desde aproximadamente los 18 a los 78 años, se fue, se fue para siempre. No puedo caminar sin perder el equilibrio; después de unos minutos de leer me duelen los ojos, no coordino como antes mis movimientos, en fin, hay muchas actividades que no puedo llevar a cabo sin que alguien me auxilie.

“Ahora a mis 82 años, con un marcapasos marcando el paso de mis días y cuidando no cansarme demasiado, me he enterado del otorgamiento del Doctorado Honoris Causa, por esta Universidad. Además de la enorme satisfacción que me dio saberlo, me entró una gran preocupación cercana al pánico, pánico que se volvió angustia: el no estar en las condiciones de salud necesarias para viajar a Baja California a recibirlo personalmente y el encontrarme casi imposibilitado de escribir un discurso a la altura de las circunstancias.

“Me angustio por no ser el mismo de antes, por no tener la misma voz, me angustio cuando algo que escribo sale mal, porque pienso que ya no tengo nada que decir, o no sé cómo decirlo. Me angustia angustiarme, y desde luego me angustian muchas cosas más que suceden en el mundo, fuera de mi órbita y de mis fuerzas.

“Fue mi querida y admirada hija Paulina, la que hoy se encuentra en este podio, leyendo estas palabras en mi nombre y representación, la que me convenció de escribirlas y viajar ella misma a Baja California para pronunciarlas.

“Por cierto quisiera agregar algo: la noticia de que me había sido otorgado el Premio Cervantes la recibí desde Baja California, en voz de Paulina quien asistía allí a un festival de cine y me lo comunicó a las 5:30 de la mañana.

“Durante mucho tiempo yo no sabía exactamente el significado de un título como Doctor Honoris Causa, hasta que recibí el primero, que me otorgó la Universidad de Guadalajara, y me vi obligado a reflexionar seriamente qué responsabilidad aceptaba. Un Doctorado Honoris Causa es un reconocimiento, por parte de una institución educativa, en particular de una Universidad, de los conocimientos adquiridos, fuera de ella, en el curso de la vida privada y profesional.

“Ahora comprendo que las universidades otorgan esta distinción a las personas de cuya cultura y preparación cívica se espera un comportamiento que vaya más allá de su profesión y contribuya al enaltecimiento de la justicia. Es también, por lo mismo, un reconocimiento del valor civil de una persona, de su comportamiento dentro de la sociedad en la que vive, y de la cual también vive.

“En otras palabras, un Doctorado Honoris Causa suele otorgarse a un intelectual no solo por lo que es y ha sido siempre, sino por lo que se espera que siga siendo. Un Doctorado Honoris Causa no me exige que escriba otro ‘José Trigo’, otro ‘Palinuro de México’, otro ‘Noticias del Imperio’: me exige que continúe siendo un intelectual honesto, un escritor confiable, un hombre fiel a los principios que lo han sustentado toda la vida, un hombre con el valor cívico necesario para denunciar en voz alta todas las anormalidades y aberraciones que suelen afectar a su sociedad.

“Es por esto que con la conciencia de esta distinción y la cercanía del vecino del norte, que me atrevo a aprovechar esta tribuna para denunciar, como lo han hecho otros, las acciones que desde su candidatura y ahora desde la Presidencia han dañado las relaciones entre los dos países que comparten el nombre de California, y que son las declaraciones del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de construir un muro que nos separe, así como sus medidas ejecutivas de deportación indiscriminada de mexicanos, el despojo de los inmigrantes de sus derechos de privacidad y la creación de nuevas instalaciones de detención. Medidas inaceptables que enardecen el racismo y la intolerancia y violan gravemente los derechos humanos de nuestros compatriotas que viven en los Estados Unidos.

“Más allá de todo patrioterismo y toda demagogia, puedo afirmar que las declaraciones y acciones histéricas del Presidente Trump, han ofendido profundamente a México. Sin mencionar toda la larga lista de barbaridades que está cometiendo a nivel mundial. Todos lo sabemos, no nos quedemos callados”, concluyó Del Paso en voz de su hija Paulina, entre aplausos de la concurrencia.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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