Momentos antes de arrancar la toma de protesta de Mirna Rincón Vargas el miércoles 30 como presidenta municipal de Playas de Rosarito, decenas de camiones con residentes de bajos recursos iniciaron su arribo al Baja California Center, sede del evento. Algunos con banderas del Partido Acción Nacional (PAN), como si se tratase de un acto de campaña.
Hasta taxis color verde –de los que circulan por aquel municipio– fueron usados para el traslado de personas al evento, gran parte de ellas evidentemente beneficiarios de programas sociales. Llamó la atención que incluso transportaron a estudiantes del Colegio de Bachilleres de Baja California (Cobach) una cuarta parte del salón; los jóvenes estaban dentro de su horario escolar.
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Otra curiosidad fue que Mirna llamó “secretario federativo” a Fernando Serrano García, que en realidad fungió como secretario fedatario de la sesión. Lucía nerviosa, tartamudeaba, a leguas su incapacidad, tenía que recibir indicaciones básicas de su secretario “federativo”, porque de otra forma le era complicado conducirse dentro del estrado.
Por Mirna solo votó el 12.1 por ciento de los electores rosaritenses en condiciones de hacerlo, no obstante, a la hora de tomar protesta se jactó de contar con el respaldo de los ciudadanos.
Utilizó su género como una ventaja para gobernar, resaltó ser la primera en ocupar el máximo cargo municipal en la historia de Baja California junto con Nereida Fuentes en Tecate, e invitó a todas las mujeres del municipio a “trabajar unidas”.
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ZETA evidenció una red de extorsión y corrupción en el Seguro Popular durante su gestión como directora del mismo, red que se aprovechaba de algo sensible: los insumos para la atención médica para generar dinero ilícito y el soborno a proveedores del principal régimen de salud; detalle que Mirna aparentemente olvidó, pues en su discurso habló de “cero tolerancia a actos de corrupción”.
Pese a que la inseguridad y los homicidios también se dispararon, la administración de Rincón Vargas iniciará sin un director de Seguridad Pública que pueda establecer una estrategia de combate a la inseguridad, puesto que el designado para ello, Magdaleno Vázquez Luis, es tan solo encargado de despacho. Pues dijo a ZOOM, todavía se está analizando el nuevo director.
Fuera de toda realidad el alcalde saliente, Silvano Abarca Macklis, habló de su interés de contender por la diputación federal por el Distrito Electoral 8 –que comparten Tijuana y Rosarito– para lo cual aseguró que comenzará a pedir el voto en los próximos meses.
