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sábado, febrero 17, 2024
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¿Por qué gano Trump?

En mi colaboración en ZETA del 5 de agosto escribí: En 1998, Trump declaró a la revista People: “Si yo fuera a competir, lo haría como republicano, son ellos los votantes más tontos del país. Ellos creen cualquier cosa que les informa Fox News. Yo podría mentir y ellos lo creerían y les gustaría. Les apuesto que mis números serían increíbles”.

En esta declaración realizada hace 18 años, se describe toda la personalidad y cinismo del actual candidato republicano (ahora presidente triunfante). Es una persona sin ideología, sin moral, sin compromisos sociales, sin visión de su país y del mundo. Hay un desprecio absoluto para los votantes republicanos. Expresa claramente la estrategia seguida por él… mentir, mentir y mentir a los votantes.


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“La gente está cansada de los partidos tradicionales, de los candidatos con discursos tradicionales que nada dicen. Trump les dice mentiras, pero las que quieren oír los votantes. El americano medio, el rural, es pobre, sin educación, sin empleo fijo, vive del apoyo gubernamental. Estos ciudadanos sí creen que los mexicanos y latinos en general le robamos sus empleos. Que las empresas americanas al establecerse en México han afectado su economía y seguridad. Ellos aplauden la propuesta de construir un muro porque creen que, al terminar con los ilegales, su situación económica mejorará…  Aplauden la propuesta de construir un muro porque creen que, al terminar con los ilegales, su situación económica mejorará”.

Hasta aquí la cita de mi anterior artículo. ¡Trump triunfó!

Nunca le concedieron posibilidades reales. Siempre pensaron que los votantes no le apoyarían. ¿Se equivocaron las encuestas que daban el triunfo a Hillary? Sí y no. Primero: Sí se equivocaron, porque no midieron con exactitud el porcentaje de electores switcher, aquellos que en cada elección votan por quien les dé razones y argumentos y no por lealtad partidista. El número fue mayor al esperado y al final se fueron por Trump.


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Segundo: no midieron bien los negativos de Hillary ni el efecto de los famosos correos.

Tercero: Tampoco la importancia del nombramiento de la vacante del ministro de la Suprema Corte. Los grupos cristianos y evangélicos de todo Estados Unidos, que son millones e influyentes, temieron que fuera ser nombrado un liberal si ganaba Clinton, además de que habrá dos próximas vacantes. Esos nombramientos, de ser liberales, hubieran desequilibrado el balance de conservadores y liberales actual de ese alto tribunal. Los electores temieron más a eso, porque el nombramiento es vitalicio, lo cual significaría una corte liberal por los próximos 20 años y con ello se amenazaría los principios y creencias conservadoras, como la oposición al aborto y a los matrimonios gay. Por eso votaron por Trump, saben que es nefasto, pero solo durará 4 años como Presidente, frente a 20 años que durarían los liberales de la Corte.

Cuarto: las encuestas nacionales acertaron. Hillary tuvo alrededor de 600 mil votos más que Trump.

En marzo escribí otro artículo en ZETA: “Paremos a Trump o el racismo triunfará”. Ahí sostuve quiénes eran sus apoyos: “los supremacistas blancos norteamericanos lo están utilizando para reafirmar el racismo que aún existe en los Estados Unidos, sobre todo en los estados del centro y sureste de ese país… Los cristianos conservadores, fundamentalmente los ultras, los del Tea Party, quieren cerrarle las puertas a los Clinton y a sus políticas liberales sobre el aborto y matrimonios gay… Son muchos intereses alrededor de Trump, los banqueros, los dueños de las grandes aseguradoras, a todos les convendría que este personaje ganara las elecciones. Me equivoqué en mi análisis, porque también lo apoyaron los trabajadores de escasos recurso y muchos latinos y negros. Tuvo el apoyo de Putin, quien es su socio. Los americanos pensaron que si son amigos, no habrá guerra con Rusia. También el estado judío intervino. Ha estado en contra de la política demócrata sobre Israel y Palestina y el Medio Oriente en general, por lo que volcó sus redes judías a favor del magnate. Y, por último, el FBI le ayudó, tal vez involuntariamente.

¡Ya ganaron! El mundo tiembla ante las posibles consecuencias. No tengamos miedo. Habrá declaraciones, escandalo, al final nada pasará. Los mexicanos deberemos concentrarnos más en nuestra mexicanidad. Ser menos americanos y más mexicanos. Comprar productos mexicanos y no americanos.  Somos una fuerza económica y social cuya presencia es necesaria para la grandeza de ese país. Deberemos recordárselos. Es mentira que mandamos violadores y ladrones. Nuestros paisanos son personas trabajadoras y dignas. Son las desigualdades e injusticias de la sociedad norteamericana, al no asimilarlos correctamente, quien los convierte en delincuentes.

 

Amador Rodríguez Lozano, es tijuanense. Ha sido dos veces diputado federal y senador de la República por Baja California; fue también ministro de Justicia en Chiapas. Actualmente es consultor político electoral independiente y vive en Tijuana.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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