El pasado lunes 22 de agosto del 2016 nos reunimos en El Colegio de la Frontera Norte (COLEF) con el Subsecretario de Gobernación para la Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación, Alberto Begné Guerra.
De dicho evento salimos con un gran optimismo, puesto que dejó en claro que el alto funcionario cuenta con una diáfana visión de lo que es su trabajo y de la importancia de la participación de la sociedad, por lo que nos retiramos con la esperanza de que pudiéramos entre todos recuperar gran parte del terreno perdido en la lucha por lograr la anhelada y necesaria prevención con participación ciudadana, el cual cayó en un enorme compás de espera a causa del proceso electoral.
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Mientras tanto, el país sufre el agobio de la violencia en muchas de sus manifestaciones, materializándose en todo tipo de escenarios, como en los círculos personales en sus modalidades de violencia intrafamiliar, en el noviazgo, entre vecinos, en jóvenes y en muchos otros estratos, todos ellos en gran medida afectados por los flujos de todo tipo de drogas que envician a cientos de miles de víctimas de vendedores de estupefacientes y psicotrópicos, nefaria actividad que trae a su alrededor armas, lavado de dinero, delitos patrimoniales y un sinfín de delitos y conductas antisociales.
De la mencionada junta en el COLEF, nos alentó ver que se entiende que ni con todos los policías del país ni con todo el armamento disponible podrá solucionarse la problemática de la inseguridad y de la incidencia delictiva, sino que es con la participación ciudadana con la que se podrá transitar en el rumbo correcto.
Entretanto, mientras que se piensan soluciones y se toman los caminos, las notas rojas en los medios de comunicación han crecido en cantidad y dimensión, lo que está generando reclamos cada vez de mayor intensidad y provenientes de todos los sectores, con lo cual el tema está con estridencia en la opinión pública un día sí y otro también.
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Pero por gris que se vea el panorama, cuando hay optimismo como que no se aprecian tan negros los nubarrones… A menos que se oscurezca, porque entonces el escenario sí que se pone preocupante.
Pues resulta entonces que mientras que el 22 de agosto se habló ampliamente del apoyo federal para trabajar juntos gobierno y sociedad en la prevención del delito… ahora se da a conocer que el gobierno federal envió un proyecto de presupuesto de egresos 2017, donde ¡no hay ningún recurso para los programas anunciados!
Pero, por otra parte, si se busca información de lo destinado para partidos políticos, no nada más resulta abrumador, sino que hasta se están emitiendo anuncios por estos días en el sentido de que se pretenden ampliaciones presupuestales ¡para dotarles de más dinero!
Si todo esto se hace realidad, habrá una gran incongruencia en el gobierno federal. Por una parte, se hace énfasis en la importancia de la prevención con participación ciudadana y por otro lado no se programan los recursos para ello.
Sin embargo, no todo está perdido. Podemos entender que en ocasiones se tiene que hacer una cirugía estética al proyecto de presupuesto con tal de que pase por el estrecho margen de las dimensiones necesarias para que los números cuadren, pero la esperanza está en que cuando se entre a las negociaciones y análisis que se dan año tras año entre el poder legislativo y el ejecutivo, el sentido común y las prioridades del país se pongan por delante de visiones circunstanciales de las fechas límites para entregar lo que en realidad es un borrador de egresos, para pasar a las herramientas reales con las que trabajará en la práctica la administración federal y se presupueste lo necesario para tener posibilidades de contener la violencia.
Todo es cuestión de evitar la incongruencia.
Alberto Sandoval es Coordinador de Alianza Civil, A.C. Correo: AlbertoSandoval@AlianzaCivil.Org Internet: www.AlianzaCivil.Org Facebook: AlianzaCivil Twitter: @AlSandoval
