Los acosos, bloqueos y agresiones de choferes de Grupo Calfia a taxistas de sitio en la colonia Valle Verde persisten, aunque la autoridad municipal ya está enterada del conflicto. Ahora se suman las quejas de los residentes del fraccionamiento contiguo, Ribera del Bosque, quienes lamentan la imposibilidad de usar el servicio de taxi, y hacen énfasis en la mala actitud con que “los calafieros” atienden a sus pasajeros.
La base ilegal de calafias que los taxistas denunciaron continúa en la Avenida Aranjuez –a escasos metros del bulevar Cucapah– con lo que se reduce en más de la mitad el trabajo de los taxistas. Uno de los choferes de taxi señaló que “le atraviesan las calafias al taxi” que opere en el lugar, acto seguido les abren la puerta y presionan a los pasajeros a abordar las unidades de Calfia.
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Testimonios recogidos por ZETA dan cuenta del mal servicio que Calfia ofrece en la zona: velocidad inadecuada, falta y mal estado de las unidades, sobrecupo y actitud agresiva de los choferes, que han llegado a golpear a los taxistas.
Por todo lo anterior vecinos han comenzado la recolección de firmas para presionar al Ayuntamiento a que ponga control en esa zona, a fin de que puedan recibir el servicio de taxi de manera regular.
“Que dejen los taxis, es que hay demasiada gente”, enfatizaron.
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Anteriormente, los taxistas trasladaban a los vecinos a Ribera del Bosque por diez pesos, la misma tarifa que las unidades de ruta con todo y descuento para estudiantes, pero después de los conflictos subieron su costo a cuarenta pesos, por las pérdidas registradas.
El Director de Vialidad y Transporte municipal, José Luis Hernández Silerio, manifestó ya haber infraccionado a ambas partes, a Grupo Calfia por hacer sitio en lugar prohibido y a los taxistas por trasladarse con ruta, en el primer caso las multas van de 10 a 20 salarios mínimos, en el segundo ascienden a 30, o en el peor de los casos hasta ser sacados de circulación. No especificó la cantidad de sanciones.
El funcionario dijo tener una gran cantidad de quejas de los dos bandos respecto a las arbitrariedades cometidas por Calfia y la irregularidad con que operan los taxis de sitio. En ese sentido subrayó que las agresiones de calafieros que reportan tanto vecinos como choferes de taxi no corresponde a la dependencia que dirige, sino a la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM).
Para evitar que el fenómeno se siga dando, Hernández Silerio dijo haber ordenado vigilancia permanente, aunque señaló que cuando los inspectoras se apersonan en el lugar “todos se portan bien”, por lo que ha sido complicado observar el flagrancia todas las denuncias recibidas. Agregó que hasta el momento no tiene quejas registradas por los vecinos contra transportistas de la zona.
