Las diez cuadras que comprenden la zona prohibida para el desarrollo del comercio informal solo están definidas en papel, porque en la práctica cientos de vendedores toman día y noche las banquetas del polígono declarado patrimonio de los tijuanenses; esto con la anuencia del gobierno municipal que, sin lograr regularlos, avala su permanencia al omitir la aplicación del reglamento
En un día cualquiera, más de cien vendedores de puestos fijos, semifijos y ambulantes ofertan sus productos en las diez cuadras que comprende el Centro Histórico de Tijuana.
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Con o sin permiso oficial, realizan su actividad en plena luz del día en la zona central de la ciudad, que comprende de las calles Primera a la Sexta, y de la Avenida Revolución a la Niños Héroes, polígono que desde 2010, a finales del XIX Ayuntamiento, fue declarado Patrimonio Histórico de los tijuanenses.
La declaratoria prohíbe al gobierno municipal autorizar, “bajo ninguna circunstancia de tiempo, modo o lugar, el ejercicio de la actividad comercial ambulante en puestos fijos o semifijos…”.
El impedimento quedó regulado en el reglamento que disciplina esta actividad, por lo que desde 2011 ya no se renovó permiso alguno.
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Fue en 2013 cuando el XX Ayuntamiento de Tijuana hizo efectivo el retiro de más de 200 vendedores que en forma irregular operaban en esa demarcación, permitiéndose solo la permanencia de un promedio de 30 puestos fijos en la modalidad de bolerías y puntos de venta de revistas.
No obstante, en la actualidad se observa desde ambulantes que comercializan cigarros, dulces, hasta puestos fijos con venta de gorras en plena Avenida Revolución.
Y si en el día proliferan los vendedores en la que debería ser una zona prohibida para el comercio informal, en la noche se multiplican, particularmente en fin de semana, convirtiendo en una verbena las banquetas del denominado Centro Histórico de Tijuana.
Lejos aplicar el reglamento y frenar la informal actividad, el XXI Ayuntamiento ha buscado retornarlos de manera oficial, intentando para ello reformar el Artículo 12 del Reglamento para Regular las Actividades que Realizan los Comerciantes Ambulantes, de Puestos Fijos y Semifijos, y los de Mercados sobre Ruedas para el Municipio de Tijuana.
Los regidores Rafael García Vázquez, presidente de la Comisión de Turismo, Comercio y Ciudades Hermanas; y Francisco Javier Hernández Vera, presidente de las comisiones de Transporte y de la Comisión Reguladora de Bebidas Alcohólicas, son los principales promotores de las reformas. A su vez, ambos son dirigentes locales de la Confederación Obrera Revolucionaria -COR- y la Confederación de Trabajadores de México -CTM-, respectivamente, organizaciones sindicales a las que pertenecen los comerciantes informales del primer cuadro de la ciudad.
Vera justifica incumplimiento de reglamento
Cuestionado por la omisión en la aplicación del mandato municipal que regula el comercio en la vía pública, el regidor Francisco Javier Hernández Vera simplemente justificó: “Ninguna Ley o reglamento se cumple al cien por ciento”.
Agregó que hay casos en los que se debe de aplicar el criterio, sobre todo cuando se trata de personas de la tercera edad o con alguna discapacidad física que dependen de esa actividad para sobrevivir.
Son vendedores con antigüedad, subrayó, con más de 25 años ejerciendo esa actividad, cuyas edades superan los 45 años, “personas que difícilmente podrían conseguir un empleo para subsistir”.
Respecto a su postura a favor del retorno de los ambulantes al Centro Histórico, subrayó: “El retiro de los comerciantes ambulantes obedeció a fines personales del anterior gobierno, no a la estricta aplicación del reglamento”, por lo que consideró que la medida se aplicó en forma parcial, para favorecer a un sector, sin considerar un beneficio general.
Calificó el ambulantaje como una realidad inevitable que se ocupa regular, considerando que “el 26 por ciento de la economía del país depende de esta actividad. Tampoco es un problema que esta administración haya generado”, acotó.
Demandan derecho de antigüedad
Desde el inicio de la administración municipal, mediante marchas y plantones de protesta, quienes dirigen a los comerciantes informales buscaron presionar al gobierno de Tijuana para volver a ocupar los espacios públicos de la zona prohibida.
En mayo de 2014, la administración de Jorge Astiazarán sentó en la mesa de la negociación a los dirigentes del comercio organizado y a los que lideran a los ambulantes, “en busca de entablar un diálogo con ellos, para escuchar sus peticiones y buscar una solución integral”, estableció el entonces secretario general de Gobierno, Carlos Mejía López.
Entonces los informales demandaron se permitiera el retorno de 70 vendedores para la operación de puestos fijos, los cuales acondicionarían con puestos de herrería que no afectaran la imagen del primer cuadro de la ciudad, planteó Eliseo Díaz de la Cruz, dirigente de la Unión de Vendedores Ambulantes “Lázaro Cárdenas del Río”.
El comercio organizado rechazó la propuesta, no obstante, en 2015 las autoridades municipales se comprometieron con los vendedores a analizar una posible reforma al Artículo 12 del Reglamento municipal que los regula, el cual demarca la zona en la que no se permite el ingreso del comercio informal, para permitir el retorno de 80 ambulantes que habían sido desalojados en 2013.
“La autoridad municipal no ha quitado el dedo del renglón, en febrero de este año -2016- intentó incluir en las reformas aprobadas al reglamento que regula los puestos ambulantes y semifijos, modificaciones al Artículo 12, pero como comercio formal protestamos y se retiró ese punto”, informó Guillermo Díaz.
Al no cumplírseles la promesa de reformar la ordenanza municipal, los ambulantes volvieron a la calle para protestar en abril de 2016, entonces Díaz de la Cruz demandó el retorno de 90 vendedores, cifra que a la fecha espera retornen oficialmente a la zona prohibida.
Aunque de manera oficial su inconformidad no rindió resultados, en la práctica se les observa por las diez cuadras del Centro Histórico de Tijuana.
Reglamentos se desmarca
La Dirección de Inspección y Reglamentos, a cargo de José Antonio Olivas Heredia, instancia municipal encargada de regular el comercio en la vía pública, sostuvo que sí se aplican los estatutos.
Muestra de ello, es el retiro de al menos una docena de vendedores que sin permiso se sitúan en el primer cuadro de Tijuana. Pero admitió, “solo se les retira del lugar”, es decir, no se aplica sanción ni se les decomisa mercancía.
De que ingresen de manera oficial, “eso lo deciden la Cámara de Comercio -CANACO- y los propios vendedores, son acuerdos que ellos toman”, subrayó.
Estatutos se cumplen, no se discuten: Comerciantes
Para Guillermo Díaz Orozco, dirigente de la Asociación de Comerciantes de la Zona Centro de Tijuana, ninguna Ley o reglamento vigente debe estar a discusión de particulares. “El gobierno se debe apegar a lo legalmente establecido y hacerlo cumplir a los ciudadanos”, dijo.
El líder del comercio formal del primer cuadro de la ciudad culpó a la autoridad municipal de no apegarse a lo establecido en la ordenanza municipal para la venta en la vía pública, “ésta indica que solo se otorgarán permisos a las personas de la tercera edad y minusválidos”, recordó.
No obstante, indicó que se ve a personas de todas las edades en los negocios situados en las banquetas, “el 80 por ciento de estos negocios es atendido por más de un empleado, cuando una de las condiciones, es que el puesto sea atendido por el propio titular del permiso”.
Ambulantaje, fuente de corrupción
A decir del gobierno de Jorge Astiazarán, la actual administración no ha otorgado nuevos permisos para la venta en la vía pública en el Centro de Tijuana, pero un sondeo realizado por ZETA revela lo contrario.
A los comerciantes de puestos fijos y semifijos se les han expedido permisos de venta a razón de poco más de mil pesos por año y, en el caso de los que deambulan ofertando su mercancía, “pagan extraoficialmente a los inspectores de Reglamentos, cuotas semanales que van desde los 500 hasta los mil pesos o más, dependiendo el giro, así lo han revelado los mismos vendedores”, expuso a este Semanario, Guillermo Díaz Orozco.
“El ambulantaje es una fuente de corrupción para las autoridades, por eso no se pone orden, por ello nadie los vigila oficialmente y tienen el visto bueno extraoficialmente, en una clara violación al reglamento”, blandió el dirigen
Según el gobierno de Astiazarán no han otorgado permisos
te del comercio organizado de la Zona Centro de Tijuana.
Díaz Orozco puso nombre y apellido a los principales promotores de la irregular actividad: Francisco Hernández Vera y Rafael García Vázquez, por ser ellos líderes de quienes se dedican al comercio informal, “ellos no solo protegen a los ambulantes, sino que promueven el comercio en la vía pública”, asentó.
Comercio informal, reflejo de anarquía
En las angostas banquetas invadidas por puesto fijo y semifijo se observa a los peatones caminar en fila india. Si un transeúnte va en sentido contrario, está obligado a ceder el paso a quienes caminan en sentido contrario.
Es en el área destinada como bahías de ascenso y descenso donde se observa el caos entre peatones, unidades de transporte público, ya que el comercio informal acapara los espacios impidiendo transitar a los primeros y obstaculizando el paso de los pasajeros y hasta la circulación de los segundos.
El desorden es más evidente sobre la calle Benito Juárez -Segunda- y Miguel F. Martínez, donde estos espacios se encuentran bloqueados, por lo que taxis y camiones bajan el pasaje en segunda fila.
Es preocupante el desorden, dicen comerciantes
“Esta situación se le expuso al presidente municipal Jorge Astiazarán, los mandó quitar pero en menos 15 días volvieron, y con permiso vigente”, acusó Guillermo Díaz, para quien “el mismo gobierno genera la anarquía en el primer cuadro de la ciudad”.
La invasión de puestos se extiende desde la calle Primera hasta la Tercera, entre Niños Héroes y Miguel F. Martínez, área hacia donde se había reubicado a los vendedores retirados en 2013 que sí contaban con permiso vigente.
Pero el gobierno municipal no solo les ha renovado los permisos, sino que ha otorgado nuevas anuencias, lo que ha incrementado el ambulantaje, subrayó el dirigente de los comerciantes de la Zona Centro.
“Es preocupante este desorden, sobre todo porque a ellos nadie los regula y la mayoría de los negocios informales son puestos de comida, en los que se utilizan minas de gas sin regulación alguna, ni de seguridad ni de higiene, como se exige a un comercio establecido”, exteriorizó Díaz.
Y remató: “Esa problemática el gobierno municipal no la observa, por ello es que en la presente administración ha incrementado en un 80 por ciento el comercio informal en el primer cuadro de Tijuana, incluyendo el Centro Histórico”.
