21 días le bastaron a “Panchito”, un lobo marino de aproximadamente siete años de edad en la etapa sub adulto, para que muriera asfixiado, enmallado por una red y una boya amarrada a su cuello; los primeros en enterarse fue personal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), sin embargo, el delegado de la dependencia, Saúl Colín Ortiz, dio a conocer el 28 de julio que el ejemplar sería atendido “ya que haya los fármacos necesarios para capturarlo, en la próxima jornada de desenmalle en el mes de octubre”, ya que según él, no crecería más y no era necesaria la atención de urgencia.
“Panchito”, como fue nombrado por turistas, se refugió en la Bahía de La Paz, al día que murió tenía 21 días de haberse reportado con una boya y una red atorada en el cuello, misma que le cercenó media garganta, provocándole asfixia.
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El lobo fue avistado en varios puntos de la ciudad (Marina Palmira, La Paz, cerca del Hotel La Posada y por último en la zona del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas, donde quedó muerto), los testigos tomaron algunas fotografías donde se observa cómo la red le cercenaba el cuello.
En una ocasión se escapó del intento de investigadores por atraparlo y ayudarlo, por cierto, la única vez que se intentó por la Red de Varamientos, ya que fue hasta 15 días después que se dio la instrucción para que participara el grupo de expertos; finalmente, “Panchito” apareció muerto la mañana del viernes 12 de agosto en la Bahía de La Paz.
“Era un animal que estaba muy alerta. Nos lo reportaron flotando, y apareció ya sin vida, varado y como evidente causa de muerte esta red en el cuello que causó su estrangulamiento de manera gradual, lamentablemente”, declaró Fernando Elorriaga-Verplancken, profesor investigador del CICIMAR y presidente de la Red de Varamientos.
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Pero el animal ya estaba muy lastimado por la red, aseguran especialistas que se pudo haber hecho mucho más por el ejemplar, pero el llamado por parte de la PROFEPA fue demasiado tarde, incluso se sabe que la institución federal no cuenta con un médico veterinario en La Paz, zona de gran presencia de varamientos en esta temporada.
“Es una situación negativa que se presenta en especímenes jóvenes, de éstas u otras especies de lobos marinos, son animales que todavía siguen en crecimiento, juveniles, las crías por supuesto, los sub adultos, una vez que la red se ajusta en su cuerpo y ellos siguen con su crecimiento normal, los va estrangulando y va cortando el tejido”, explicó el experto.
“Panchito” pesaba más de 120 kilogramos y medía dos metros de longitud, sus restos quedaron varados en la playa que da al CICIMAR de La Paz, sin embargo, en vida, pedía a gritos ser atendido, con tan solo verle se apreciaba una necesidad de atención urgente, “ya se observaba que su condición corporal no era la adecuada, ya se observaban las costillas, se observaba la columna, evidentemente no se había podido alimentar eficientemente por la misma lesión, eso también lo fue debilitando, pero sin duda lo que lo fue matando, en mi opinión, es de asfixia”, finalizó el investigador del CICIMAR.
A la fecha se han rescatado cuatro especímenes atrapados con artes de pesca por parte de un grupo externo a la Red de Varamientos, dicho grupo es denominado Proyecto de Desenmalle de Lobos Marinos y de momento no cuentan con equipo para rescatar lobos; este grupo lo coordina Saúl Colín Ortiz.
Eréndira Valle, miembro del proyecto, recordó que en la última jornada realizada a principios de año, “llevamos cuatro lobos marinos rescatados, debemos seguir tratando y esperemos que en esta jornada de octubre poder rescatar muchos más”.
Definitivamente investigadores confirman que la muerte del lobo marino se debió a la red en el cuello, y de haberse atendido a tiempo y que el reporte se hubiese pasado a la Red de Varamientos, tal vez otro hubiera sido el resultado.
Según los expertos, los lobos marinos se introducen a las redes que usan los pescadores para extraer los peces, o bien, cuando quedan redes a la deriva o los pescadores las dejan por la noche, y como esta especie caza principalmente a oscuras, quedan enmallados y en algunos casos mueren en el lugar.
