Hoy en la madrugada, tras 20 horas de sesión, el Senado de Brasil votó a favor del juicio político contra Dilma Rousseff, que sería apartada de la presidencia este mismo jueves, sin embargo, antes que le notificaran formalmente la separación de su cargo por 180 días, ella disolvió su gobierno, exonerando a todo su gabinete, incluyendo al ex presidente Luz Inácio Lula da Silva y exceptuando al presidente del Banco Central, Alexandre Tombini.
“Es golpe”, publicó la mandataria brasileña en su cuenta de la red social Facebook, al referirse a un posible golpe de Estado de los 55 senadores que votaron a favor de su destitución, contra los 22 que votaron en contra.
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Ahora será el vicepresidente de Brasil, Micher Temer, quien sustituirá de forma interina a Rousseff en el cargo.
Los procedimientos en contra de Rousseff se basan en acusaciones de que violó las leyes fiscales en 2015 para ocultar problemas de presupuesto. La acusación principal es que su gobierno demoró el traslado de fondos del Tesoro a los bancos estatales para pagar por programas gubernamentales. Sus críticos señalan que eso hizo que las finanzas públicas se vieran mejor de lo que en realidad estaban.
Rousseff, la primera mujer que preside el gigante sudamericano, está acusada de emplear supuestas maniobras contables para esconder importantes déficits presupuestarios.
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En su turno final, el autor del informe acusador en la Cámara alta, el senador Antonio Anastasia, reiteró que “hay indicios suficientes para la apertura del proceso”. El abogado del Estado, José Eduardo Cardozo, también insistió en sus argumentos de que el “impeachment” carece sustento legal e indicó que si los senadores decidieran aprobarlo, “Brasil se transformará en la mayor república bananera del planeta”.
Un par de días antes de, el Senado brasileño había despojado de su mandato al ex jefe del oficialismo en la Cámara Alta, Delcidio Amaral, el parlamentario que implicó a la Presidenta Dilma Rousseff y a su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, en el escándalo de corrupción de la petrolera Petrobras en Brasilia.
