Una investigación lenta, en la que no se descarta ninguna pista, incluyendo la posibilidad de un ataque terrorista, es la que se sigue en torno al incendio ocasionado la madrugada el 1 de enero de 2016 en la sede de Tijuana del Consulado de Estados Unidos.
Respecto al resultado de la indagatoria de más de tres meses que se efectúa sobre el caso, William A. Ostick, Cónsul General de Estados Unidos en Tijuana, asentó que aún no se tiene nada concreto, por lo que todas las pistas son tomadas en cuenta, incluyendo la de una agresión de algún grupo extremista.
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Y subrayó, “no se puede descartar nada, pero tampoco tengo información de que sea un ataque terrorista”, y agregó, “nadie ha reclamado responsabilidad, es una teoría que debemos tomar en cuenta pero no tenemos detalles para reforzarla”.
En los primeros minutos del 1 de enero de 2016, en la sede diplomática asentada en La Mesa de Otay, en Tijuana, fue provocado un incendio; cuatro vehículos registraron pérdida total al quedar solo sus cascajos y uno más presentó severos daños por la conflagración provocada.
En un inicio se habló de que varias personas lograron traspasar la muralla de más de cuatro metros que protege al edificio consular, pero William A. Ostick aclaró que en los videos de vigilancia, “se vio a una persona entrando”.
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El diplomático consideró como normal la lentitud en la investigación sobre el hecho, la cual, dijo, corresponde las autoridades de la Procuraduría General de la República –PGR
