Al mediodía del domingo 3 de abril de 2016, Karen del Rocío Escobedo llegó con su bebé de poco más de un año, muerto a un consultorio médico ubicado a un costado de una farmacia en el fraccionamiento Infonavit Presidentes, donde pretendía que lo atendieran.
Las autoridades fueron informadas, y tras las primeras pesquisas se determinó que el presunto responsable de la muerte a golpes del pequeño, era su padrastro, un narcomenudista con el que su madre adicta llevaba viviendo dos meses.
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El hombre, identificado como Marco Antonio Salazar Torres, conocido también como “El Chiquilín” y quien había acompañado a la mujer hasta la clínica, huyó.
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“El Bombero” ha tenido varias capturas previas por temas de narcomenudeo.
La más grave, se remite al 26 de abril de 2012 cuando fue presentado como el presunto homicida del niño de 10 años “Steve”, quien falleció cuando una bala perdida le atravesó la cabeza.
Ese día, la prensa de Tijuana dio cuenta de una balacera entre personas identificadas por las autoridades, como criminales dedicados a la venta de droga al narcomenudeo, explicaron que hombres en dos autos llegaron a una cancha deportiva ubicada en la calle Ernesto Lascurain, del Infonavit Presidentes, en la delegación Cerro Colorado.
Los del auto descendieron y dispararon en contra de un grupo en el que estaban Marco Antonio Salazar Torres “El Bombero”, Julio César González Álvarez “El Gato” y Ana Díaz Llamas. De acuerdo a la versión de los testigos, quien respondió el ataque mientras corrían fue Salazar Torres, él sacó un arma y disparó. En la cancha quedó el cadáver del menor.
En el operativo, realizado por las autoridades ese 26 de abril fueron detenidos “El Bombero”, sus dos compañeros, dos hombres y dos mujeres más.
