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jueves, febrero 15, 2024
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Spotlight (Primera parte)

El cine se ha convertido en un vehículo de cultura, de información, debate y de conciencia social crítica. Disfruté con interés la galardona por el Oscar como mejor película, la recomiendo y salvo su mejor opinión, comparto reflexiones de puntos sobresalientes con usted, amigo lector.

  1. Las iglesias y en particular la católica son una estructura mundial y local de extraordinario poder extralegal que actúa en la sombra, a veces de manera abierta, que por sus acciones en el poder económico y sobre las almas de cientos de millones de fieles ingenuos, influye en la sociedad, los valores culturales, el sistema de administración de in-justicia, las políticas de medios de información, las empresas con quien hace simbiosis, en líderes de opinión y especialmente por su razón de ser, dominar la conciencia de sectores sociales carentes de oportunidades, más marginados, vulnerables y manipulables por tener menos recursos de defensa de sus vidas.
  2. La pederastia es el abuso sexual infame a infantes, que sin forma alguna de defenderse, y adelante vamos a ver por qué están expuestos a este sector de canallas de sacerdotes que según los estudios documentados de especialistas  revelados en la cinta Spotlight, asciende a un patrón del 6% de los sacerdotes de la jerarquía católica en Boston como muestra internacional. No solo serían los párrocos  y de hecho está registrado en los medios de comunicación, el abuso sexual de menores lo llegan a ejercer Cardenales, Nuncios Apostólicos (República Dominicana), obispos, arzobispos y sacerdotes, cientos de hechos denunciados a la prensa, y de los cuales conoce el mismo Papa, supo, sabe y son sancionados con penas ridículas en el Vaticano.
  3. Actúan como criminales y en red de encubrimiento con alevosía, premeditación y ventaja y sin sanción en EUA, “el país de las libertades”, sobre niños y niñas de 10 años como se argumenta en la película. Este guion está fundamentado con amplias y sistematizadas evidencias con un trabajo periodístico serio, responsable de investigación, con información real por el equipo de reporteros del diario Boston Globe en evidencias escarbadas de las cavernas del sistema legal norteamericano, nada recientes sino desde los lejanos 70, 80 y 90. Información escondida, hechos que las misma prensa los diluyó o desvaneció por intereses e influencia literalmente mafiosa de los obispos, cardenales y la misma estructura político-legal de cada país, imbricada en temas criminales que provienen de una eclesiástica en este sentido envilecida. Porque está hecha de hombres y mujeres de carne y hueso con debilidades que sin autocrítica llegan a esta bajeza. ¿Por qué Francisco I no recibió a estos cientos de víctimas en su viaje a México?
  4. Hay que decir un dato que es válido al menos en la sociedad norteamericana y que llama la atención en la línea de investigación, el 50% de los sacerdotes no practican el celibato que impone la iglesia católica. Lo cual es una conducta por sí contra natura porque el mismo principio cristiano llama a “creced y multiplicaos”. Y esa violación, rompimiento e hipocresía genera un ambiente complicado para los oficiantes. Para entender este argumento, amigo lector, ¿recuerda la película mexicana de enorme éxito a pesar de la prohibición de la iglesia católica, “El Crimen del Padre Amaro”? ¿Recordamos las atrocidades del líder de los Legionarios de Cristo, Marcel Maciel y su impunidad por parte de Juan Pablo II y Benedicto XVI? Ahí está la doble moral de la misma jerarquía. ¿Tenemos en la memoria la historia de asesinatos de sacerdotes, la pornografía, o los silencios forzados de abusos sobre niños indefensos por sus condiciones o abandonados por sus padres, las autoridades a una confianza ciega e inmerecida a sacerdotes y su institución católica?
  5. Los sacerdotes que están en esta perversión pederasta, calculan sus objetivos y selecciona a sus víctimas y aquí cuidado con sus hijos e hijas. Escogen a sus presas en familias en crisis, funcionariales, desintegradas, planifican el crimen en familias sin padre, con madres o padres muy ocupados, divorciados, enfermos, alcohólicos, drogadictos, con una situación de carencias afectivas que sin resistencia o restricciones los arrollan física, mental y espiritualmente. Al grado que muchas víctimas se suicidan y pocos sobreviven al asesinato de miles de almas.
  6. Este sector que viola con la sotana y el crucifijo por sus ligas al sistema del poder político, nunca se le ha castigado ejemplarmente. El establishment seguirá protegiendo estos abusos criminales desde las altas esferas como si nada pasara. Y en esto los partidos, la Suprema Corte de Justicia, los gobernadores, los jueces, los ministerios públicos, los líderes de todos los colores por no perder votos o elecciones, cobardemente callan este complicado tema como si hubiera santidad en esa red criminal de pederastia: pecan de acción y de omisión.
  7. Y no solo se debe mirar a las iglesias de todo el espectro, sino también al sector educativo de todos los niveles, pues ahí también hay un gran tema de abusos y podredumbre, silencio, protección impunidad y continuidad. Quizás en el acoso laboral tengan más defensa las mujeres por su edad. ¿Pero con los niños, quién los defiende si los padres por su condición social desprotegida la ley y las autoridades y la sociedad los abandonaron?
  8. Los sacerdotes, en particular los enfermos y la iglesia como ente político de control social que es, saben que se mueven en una sociedad en crisis, en shock, desestabilizada, atribulada por los golpes de la pobreza, desigualdad y miseria moral del sistema político, educativo y de justicia. Saben que se mueven en una sociedad desorganizada, desinformada, agachada, deprimida, obesa para reaccionar, que se deja que la atropellen sin rebelarse masivamente hasta hoy.
  9. Pero la lección es que los padres de familia, las organizaciones de derechos humanos, los medios de comunicación, el sistema de justicia y por presión y movilización social, la misma jerarquía clerical de manera auto-crítica u obligada, deberían tomar en cuenta que debemos de  asimilar esta realidad dolorosa, con la demanda de un cambio profundo. Ser preventivos en este tema, los legisladores deben de resolver castigar estos hechos que son pan de cada día en nuestra comunidad con leyes draconianas a ese 6% o quizás más de criminales con crucifijo en una mano y su enfermedad destructiva de vidas en la otra.
  10. Claro que hay un sector del clero consciente, progresista, responsable, escrupuloso, comprometido y consecuente que trabaja desde adentro por rectificar esta red de delincuencia organizada y protegida, pero es débil, por desgracia es minoría que no incide aún en reducir a cero, los abusos sin nombre y en nombre de Dios.

M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es Académico del Instituto Tecnológico de Tijuana. Correo electrónico: hrgcuellar@yahoo.com


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Redacción Zeta
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