En 2009 y para hacer frente a la crisis que se enfrentaba Estados Unidos bajó las tasas de interés casi a cero e hizo una inyección de millones de dólares a su economía. Hoy la realidad es otra, ese país crece a 2.5 y su tasa de desempleo está abajo del 6% por lo que todo indica que la vecina nación habrá de aumentar las tasas de interés, aunque hasta el momento no se sabe la fecha exacta. “La afectación directa para México es que de igual forma tendría que subir sus tasas de interés y no está preparado para ello, porque todavía no hay una recuperación económica bien apuntalada, pero de darse en el corto o largo plazo la presión sobre el peso se alargará”, dijo un economista consultado por ZETA.