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viernes, febrero 23, 2024
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Murió o no murió… he ahí el dilema

La versión primera salió de Sinaloa aunque los hechos se sucedieron –asegún– en Jalisco. Al final de la primera semana de junio se reportó que el narcotraficante Juan José Esparragoza “El Azul”, capo de capos que sobrevivió prófugo al encarcelamiento de Rafael Caro Quintero, Miguel Ángel Félix Gallardo, la muerte de Amado Carrillo, las dos detenciones de Joaquín “El Chapo” Guzmán, la muerte de Ramón y la captura de Benjamín Arellano Félix, la caída de Héctor “El Güero” Palma, y otras y otras generaciones de narcotraficantes, había muerto en una sala quirúrgica de algún hospital de Zapopan, Jalisco. Ni la Procuraduría General de la República, ni la Secretaría de Gobernación, validaron la información. Periodistas independientes de Sinaloa, particularmente del semanario Ríodoce, realizaron investigaciones con fuentes oficiales y extraoficiales, y publicaron que, en efecto, “El Azul” estaba muerto. Escurridizo a más no poder, rico hasta la grosería y criminal financiero de los principales y más violentos cárteles de México desde inicios de los ochentas hasta la fecha, Esparragoza Moreno siempre ha actuado como si no existiera. No se le ha visto, ni se tienen fotografías de actualidad para conocer su imagen física. El narcotraficante que posee una cantidad importante de terrenos y propiedades no solo en Jalisco sino en Baja California –donde por cierto quienes fueron inscritos como sus apoderados legales, los abogados José María Terrazas Moreno y Francisco Rubio Cárdenas, llevan una vida social y altruista en Tijuana– ha sido el benefactor de otras estructuras criminales, ha pagado pleitos privados y enriquecido a unos cuantos que se dice, los conocieron en la juventud por allá de los años setenta. Hace unos días al periódico Reforma de la Ciudad de México le fue remitido un video de la clínica privada donde presuntamente se atendió el capo Esparragoza en Guadalajara. En las imágenes se ve a un hombre ciertamente con las características de “El Azul”, ancho de carnes, moreno claro, bigotón y medio alto. Cubierta su cabeza con una gorra beisbolera se ve un hombre menor de los 65 años que oficialmente dicen que tiene. Bueno, pues como no fue confirmada por la autoridad correspondiente (dirían en los partes oficiales) la muerte de “El Azul”, se debe asumir que sigue vivo. Pero en esas estábamos cuando un hijo desconocido –ni él ni su madre aparecen en los organigramas familiares que en Estados Unidos y en México tienen sobre el narcotraficante– fue aprehendido. Juan José Esparragoza Jiménez “El Cora”, fue detenido el 20 de agosto en Culiacán, Sinaloa. De sus primeras declaraciones, acaso la única, pues luego se reservó el derecho a hablar, fue precisamente, que su padre había muerto. No dijo “dice mi papá que les diga que sí murió”, pero es lo mismo a darle validez a la declaración de un criminal. Las fotografías que revela el diario Reforma son parte de un expediente judicial, donde se indica que “El Azul” podría haber visitado, en efecto el Hospital, pero que no necesariamente se haya internado, sino que llegó, estuvo y se retiró. El mismo legajo judicial anota que el hijo desconocido declaró que sí, que su papá había muerto, pero en un accidente y en la Ciudad de México. Los agentes federales investigaron las muertes que habrían sucedido en el Hospital Real de San José en Zapopan, Jalisco, pero resultó que no hubo ninguna. Claro que de tontos dicen que sí hubo un muerto y que se trató de “El Azul”, pero vaya, los federales les creyeron y la teoría de la muerte del capo no ha sido confirmada. De hecho en las imágenes de los videos de vigilancia del hospital, los agentes encontraron a este hombre que le digo, pero un día después que extraoficialmente había muerto el capo, lo cual abonaría a la hipótesis de que no está muerto sino que se hace, para evadir más fácilmente a la justicia que a veces le persigue y a veces no. Estas nuevas imágenes publicadas en el diario defeño, dan un leve sustento para creer que el narcotraficante está vivo. Lo otro, es que a diferencia de las semanas posteriores a la detención de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, en el caso de ser cierta la muerte de “El Azul”, no ha habido actos de violencia, reacomodos y vendettas que indiquen la pelea por el poder en el ala financiera del cártel de Sinaloa. Es decir, su ausencia en el mundo criminal, ni se ve ni se nota. Aquí las “nuevas” fotos de “El Azul”. ¿Es, o no es? Ahí el dilema. Aunque quienes en Tijuana le conocen, pues, podrían aclararnos la duda. ¿No?


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