El sacerdote Arturo de la Torre Lupercio presentó en Tijuana “La Rosa en el Desierto, Crónica de un Retorno”, una narrativa literaria,ica ca de un retorno”., que a decir del autor, conjuga el pasado, el presente y el antepasado de su historia en Mexicali. El Salón de Usos Múltiples del Centro Cultural Tijuana fue el escenario elegido el jueves 10 de enero para la presentación del libro, que a decir del doctor David Piñera, reúne un “excelente recurso literario”, de “alta sensibilidad histórica”. “Magistralmente, evoca y describe escenarios pretéritos y actuales, con un lenguaje preciso, a la vez que sugerente, propio de quien durante años ha venido manejado la palabra, lo que ha dado un alto dominio de ella”, expresa Piñera en el texto de contraportada contraportada. Además del doctor, en el presídium acompañaron al Padre Arturo la presidenta de la Sociedad de Historia en Mexicali, Karla Estrada; así como la escritora Estela Lomas Esalí, con la moderación de Héctor González Delgado. Doctor en Teología, ex rector del Seminario Diocesano de Tijuana, ex Vicario de Pastoral y ex párroco, el Padre de la Torre precisó que su libro relata su retorno a Mexicali: “Volví a Mexicali y empecé a recordar toda mi infancia y mi adolescencia, y se me antojó escribir mis impresiones de entonces y cómo veo Mexicali hoy. Entonces hago esa comparación en tres dimensiones: el presente, la del pasado y la de antepasado. Parece que salió el libro y estoy muy contento porque la gente lo ha aceptado muy bien, y ojalá que sirva de algo siquiera para la remembranza de una ciudad que vale la pena tener muy en cuenta, y a la que yo quiero mucho”. A lo largo del libro, el autor resalta bellezas naturales del estado, como La Rumorosa y el Valle de Mexicali, colonias como Pueblo Nuevo, edificios históricos como el de Rectoría de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), antes Palacio Municipal; cines como el Variedades y fechas como la de la municipalización de Mexicali, el 14 de marzo de 1903. De la Torre Lupercio destacó la importancia de ser sensibles ante la naturaleza y los hechos históricos de la región. “No soy ni escritor ni historiador, pero traté de unir las dos cosas y parece que salió, lo importante es que seamos sensibles no nada más a la naturaleza, también a los hechos, a todos los fenómenos que suceden a lo largo de nuestra historia; son tan valiosos cada uno”, concluyó el religioso.
Publicidad
